Sociología
de un libro cambiante:
Irving Horowitz y el proyecto Revolution in
Brazil*
João Marcelo E. Maia** y Diana R. Rodriguez***
Fundação Getulio
Vargas
Introducción
En 1964, el sociólogo estadounidense Irving Horowitz (1929-2012) publicó Revolution in Brazil (rib) por E. P. Dutton & Co., una conocida editorial independiente de los Estados Unidos, con el objetivo de presentar y analizar para un público angloparlante el proceso de desarrollo democrático en el país más grande de América Latina.[1] Dos años más tarde, una versión sustancialmente modificada de la misma obra fue publicada por la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica, bajo el título Revolución en el Brasil (reb), con la supervisión del legendario editor Arnaldo Orfila Reynal (1897-1998).[2] Este artículo investiga la naturaleza híbrida del libro, que mezclaba textos de Horowitz y reproducciones de fuentes producidas por intelectuales y políticos brasileños; su contexto de elaboración intelectual, que requirió una intensa interacción entre el estadounidense y sus colegas latinoamericanos; y el trabajo editorial implicado, que dio lugar a una traducción que alteró significativamente el texto original.
Aunque hoy es una figura poco conocida en la
historia de las ciencias sociales, Irving Horowitz fue un importante mediador
entre diferentes campos intelectuales a lo largo de la década de 1960, actuando
como un broker que daba acceso al poderoso mercado editorial anglosajón.
Además, una parte significativa de su producción versó sobre temas
latinoamericanos y se construyó a partir de intercambios intelectuales con
renombrados científicos sociales de la región, como el argentino Gino Germani,
el brasileño Luiz de Aguiar Costa Pinto y el mexicano Pablo González Casanova.[3] Estas dos dimensiones hacen
que un estudio de caso centrado en una etapa de su producción intelectual sea
particularmente relevante para discutir dos cuestiones teóricas de interés
general, que se encuentran en la intersección entre la sociología del mundo
editorial y los estudios sobre la circulación transnacional del conocimiento
científico: a) el análisis de los libros de sociología como expresiones de
“diálogos transnacionales asimétricos”, y b) el examen de la traducción y
circulación de obras científicas en mercados periféricos. Por “diálogos
transnacionales asimétricos” entendemos las asociaciones y redes establecidas
entre científicos con recursos materiales y simbólicos desiguales que, sin
embargo, consiguen organizar formas de cooperación intelectual que van más allá
de la simple transmisión unilateral de conocimientos de los centros a las
periferias. En cuanto a la traducción y circulación de obras científicas, nos
referimos al hecho de que, analizando las diferentes formas que adopta el libro
en sus versiones en español (reb)
y en inglés (rib), mostramos cómo
un texto aparentemente estable se transforma en dos a la luz de las diferentes
expectativas de los mercados lectores, las estrategias de autores y editores y
los efectos producidos por los intercambios intelectuales que tienen lugar en
un contexto de asimetría estructural de recursos materiales y simbólicos.
Nos inspiramos en aportes de campos tan diversos como las aproximaciones historiográficas materialistas al objeto “libro”, la sociología de los textos y la sociología del mercado editorial, inspiradas en el enfoque relacional de Pierre Bourdieu.[4] Las diferencias en las ediciones, las reconstrucciones que realizan las traducciones, el papel de los mediadores e interlocutores en la factura final de los textos son variables que se recuerdan constantemente en estos estudios para desestabilizar la creencia en la identidad entre un autor singular y un objeto material supuestamente autónomo que conocemos como “libro”.
En el caso de América Latina, esta cuestión teórica
general tiene un claro componente geopolítico, ya que la circulación
internacional de ideas y la traducción de obras extranjeras tuvo lugar en
espacios académicos de una región que ocupaba la semiperiferia en la división
internacional del trabajo científico.[5]
La institucionalización de la sociología en países como la Argentina, Brasil,
Uruguay, Chile y México tuvo lugar en contextos en los que poderosos actores
transnacionales, como la unesco y
las Fundaciones Ford y Rockefeller, proporcionaron recursos financieros y
oportunidades de intercambio que resultaron cruciales para la consolidación de
estándares modernos de trabajo científico.[6]
Esta relación de dependencia centro-periferia ha sido explorada en análisis
sobre el vínculo entre actores transnacionales y contextos locales, la labor de
agenda setting intelectual e ideológica llevada a cabo por fundaciones
estadounidenses y la historia intelectual de las controversias motivadas por
las críticas de intelectuales latinoamericanos a lo que se percibía como
imperialismo científico estadounidense.[7]
En el caso de la circulación de libros y objetos textuales en contextos periféricos, algunos estudios han explorado las relaciones de dominación que subordinan lenguas y mercados editoriales como el latinoamericano, mostrando cómo las prácticas de mediación forman parte de un contexto geopolítico más amplio, que condiciona las elecciones de títulos traducidos y la organización de los intercambios culturales entre esta región y los países centrales.[8] A pesar de esta geopolítica centro-periferia que condiciona a los intelectuales latinoamericanos y sus producciones, la bibliografía reciente sobre la circulación del conocimiento ha llamado la atención sobre las dinámicas de creación intelectual que se observan en los espacios periféricos.
Wiebke Keim identifica diversas formas de circulación científica, que pueden ir desde la simple repetición acrítica de ideas originadas en centros hegemónicos hasta procesos de recreación intelectual activa, llevados a cabo por mediadores y/o traductores en espacios periféricos.[9] El trabajo de Leandro Medina sobre la ciencia política argentina reveló cómo los objetos de conocimiento adquirieron nuevos significados al movilizarse en redes transnacionales, sufriendo el efecto de diferentes agencias en campos periféricos, mientras que el reciente estudio de Ian Merkel, sobre el trabajo intelectual realizado por científicos sociales franceses durante sus años de formación en la Universidade de São Paulo, mostró cómo los diálogos establecidos entre franceses y brasileños contribuyeron a la construcción de nuevas tendencias en la sociología francesa posterior a la Segunda Guerra Mundial.[10] Además, los textos de Clara Ruvituso sobre la circulación de autores latinoamericanos en Europa revelaron la apropiación creativa de teorías y conceptos forjados en ámbitos periféricos por parte de editores e intelectuales en Alemania.[11]
Los trabajos basados en perspectivas etnográficas
e historiográficas también ayudan a situar los procesos de “hechura” de libros,
al investigar la agencia establecida entre actores específicos en contextos
localmente situados, destacando el papel de los editores en la constitución de
prácticas intelectuales del mercado literario o de las propias obras.[12] Al fin y al cabo, la percepción
de los patrones y asimetrías que regulan el espacio transnacional de
circulación poco nos dicen sobre las prácticas concretas que dan vida a los
textos en sus diferentes encarnaciones.
Este artículo se estructura en dos secciones principales. En la primera, presentamos a Horowitz y contextualizamos su proyecto intelectual y editorial a la luz de la génesis del interés de la sociología estadounidense por América Latina. Para ello, movilizamos bibliografía secundaria sobre Horowitz y la historia de la disciplina en los Estados Unidos. En la segunda sección, nos centramos en un estudio de caso específico, utilizando las cartas entre Horowitz y sus interlocutores latinoamericanos, en particular el sociólogo brasileño Luiz de Aguiar Costa Pinto (1920-2002) y el editor del Fondo de Cultura Económica Arnaldo Orfila Reynal (1897-1998). El objetivo de esta sección es demostrar el papel condicionante desempeñado por estas redes en la traducción de la obra y la atribución de nuevos significados a esta. Por último, retomamos nuestros principales argumentos en la conclusión, en la que también señalamos futuras vías de investigación.
Se pudo acceder a la correspondencia gracias a los
archivos de Horowitz Transaction Publishers, donados por Horowitz en 2006 a la
Pennsylvania State University. Forman parte de una colección más amplia que
también contiene material de Wright Mills y los documentos académicos de
Horowitz, sus archivos de investigación y sus publicaciones. Solo una parte de
los archivos está digitalizada y el material en línea consiste principalmente
en correspondencia.
Horowitz, sociología norteamericana y
latinoamericanismo
Irving Horowitz fue un sociólogo y editor estadounidense, que dirigió durante mucho tiempo la empresa Transaction Publishers, responsable de la publicación de libros sobre sociología y de la conocida serie Studies in Comparative International Development. La relación de Horowitz con América Latina comenzó a finales de la década de 1950, cuando aceptó una invitación para trabajar como profesor invitado en la Universidad de Buenos Aires (uba), institución en la que se había creado en 1957 una carrera de Sociología, bajo la dirección del refugiado italiano Gino Germani. En 1958, Horowitz trabajó en la uba, dando conferencias y clases, publicando sus propios textos y presentaciones para colecciones, contribuyendo a la edición y traducción de títulos recientes de sociólogos norteamericanos y, fundamentalmente, actuando como una especie de mediador entre las tendencias modernas de la disciplina en su país de origen y las demandas de un público joven interesado en la sociología científica.
Durante su breve permanencia en América Latina, Horowitz fue visto por Germani como un importante asset para la consolidación de la sociología científica en la Argentina, formando parte de un grupo de expertos extranjeros que visitaron la uba para fortalecer la joven carrera con sus credenciales y capacidad de trabajo. Al mismo tiempo, la progresiva radicalización política de los estudiantes en la Argentina a partir de 1962, que afectaría seriamente el proyecto institucional liderado por Germani, llevaría a una parte importante de los estudiantes a ver en Horowitz un aliado, por su cercanía al proyecto de Charles Wright Mills y su asociación con lo que se entendía como la agenda de la “sociología crítica” norteamericana.[13]
De regreso a los Estados Unidos a principios de los años 1960, Horowitz obtuvo un puesto en el Departamento de Sociología del Hobart and William Smith College, para pasar después a un puesto de associate professor en la Washington University, en aquel momento cuna de la llamada radical sociology estadounidense, bajo el liderazgo del sociólogo Alvin Gouldner.[14] Atrincherado en una posición estable y con acceso a recursos para un proyecto editorial, Horowitz logró consolidarse como una especie de autoproclamado “heredero” de Wright Mills, dedicándose a editar textos inéditos de este autor y relacionando su propia agenda con lo que entendía era el enfoque del sociólogo recientemente fallecido.[15] Así, su producción en este contexto estuvo marcada tanto por la crítica a lo que él consideraba la corriente principal de la sociología norteamericana, supuestamente dominada por el estructural-funcionalismo parsoniano, como por la defensa de un enfoque que combinaba sociología e historia desde una perspectiva creativa.[16] En esta etapa de su producción, la inversión realizada en América Latina resultó fundamental, ya que proporcionó a Horowitz contactos regulares con sociólogos y editores de la región que favorecían la circulación de la agenda de la sociología crítica norteamericana, a la vez que le daban acceso a textos e ideas que resultarían cruciales para las nuevas teorizaciones sobre el desarrollo.
El giro latinoamericano de Horowitz no fue un movimiento aislado, y es importante situarlo en el contexto más general del surgimiento y consolidación de los area studies en los Estados Unidos. A lo largo de la década de 1950, los estudios académicos centrados en América Latina seguían estando fuertemente marcados por investigaciones procedentes de los campos de la literatura y la historia, con escaso interés por parte de los sociólogos.[17] La situación comenzó a cambiar tras la Revolución cubana en 1959 y el consecuente resurgimiento de la Guerra Fría regional, factor que impulsó la financiación de investigaciones sobre la región y la formación de redes entre las agencias estatales estadounidenses y el mundo académico. Este arreglo institucional fue posible gracias al advenimiento de una sociología de la modernización capaz de explicar sintéticamente los problemas del desarrollo de manera comparada, adoptando técnicas y modelos de las ciencias del comportamiento.[18] Fundaciones como la Ford pronto se convirtieron en actores importantes en la institucionalización de las Ciencias Sociales en la región, otorgando un número significativo de becas para la formación y la capacitación de recursos humanos latinoamericanos.[19] Estas becas fueron parte de un esfuerzo de diplomacia académica y tuvieron el efecto de estimular la formación de redes y alianzas entre académicos de las dos Américas, permitiendo la formación de diálogos teóricos de gran impacto en la agenda de la sociología y la ciencia política a lo largo de la década de 1970.[20]
Por lo tanto, cuando Horowitz regresó a los Estados Unidos y consiguió un puesto directivo en la editorial Transactions, se encontraba en una posición envidiable para entrar en el campo. En la primera mitad de la década de 1960, todavía no había en el continente un número significativo de especialistas ya formados, y la sociología seguía teniendo un peso relativamente menor en la formación de los Latin American Studies. Su paso por la uba le había proporcionado una serie de contactos con científicos sociales locales, y la correspondencia disponible en su archivo en línea muestra la intensidad de su diálogo con nombres clave de las ciencias sociales latinoamericanas, como Gino Germani, Rodolfo Stavenhagen, Costa Pinto y Orfila Reynal.
El interés de Horowitz por América Latina también puede apreciarse en una de las principales iniciativas editoriales de Transactions, la colección Studies in Comparative International Development. Concebida por Horowitz a principios de la década de 1960 y publicada ininterrumpidamente hasta la actualidad, su primer volumen apareció en 1965, con un total de catorce números, cada uno de ellos con un solo artículo o texto largo, formato que cambiaría significativamente a partir de principios de la década de 1970. En aquel primer año figuraban entre los autores nombres de destacados científicos sociales latinoamericanos como Pablo González Casanova, Rodolfo Stavenhagen, Fernando Henrique Cardoso y Celso Furtado. Además, de los catorce textos publicados no menos de la mitad tuvieron como tema América Latina, tanto con estudios de casos concretos como con aportes teóricos sobre el desarrollo, el nacionalismo y la demografía en la región.
La agenda latinoamericanista de Horowitz se explica también por las controversias en los Estados Unidos y América Latina alrededor de la relación entre la Guerra Fría y las ciencias sociales. En la segunda mitad de la década de 1960 se produjo un proceso de radicalización política que pronto convertiría a los area studies y a sus operadores en blanco de denuncias y críticas por su papel imperialista en la región. El escándalo en torno al Proyecto Camelot, un vasto proyecto de investigación concebido en 1964 por funcionarios del Departamento de Estado estadounidense en conjunto con la American University, con el objetivo de investigar las causas de la subversión en la región, produjo un importante debate en el Cono Sur sobre el imperialismo científico y sus efectos en las ciencias sociales locales.[21] El tema se reavivó durante las discusiones alrededor del Proyecto Marginalidad, lanzado por la Ford en 1966 para investigar el fenómeno de la marginalidad y la informalidad en la región, que terminó siendo un choque de trenes, a pesar de las impecables credenciales izquierdistas de varios de los participantes, como Miguel Murmis, Fernando Henrique Cardoso y José Nun.[22]
En este nuevo escenario, la posición de los especialistas norteamericanos se vio sacudida; sin embargo Horowitz estaba en una buena posición para negociar su inserción en la región: su inversión en el legado de Wright Mills y la publicación de su libro sobre Camelot, combinadas con el cultivo de lazos con líderes científicos de la región, le permitieron posicionarse como una especie de sociólogo progresista norteamericano, diferenciándose de los tradicionales “latinoamericanistas”.[23] El proyecto Revolution in Brazil / Revolución en Brasil (rib/reb) fue una herramienta fundamental en esta estrategia.
Del rib
al reb: la historia social de un
libro mutante
Revolution in Brazil no era una obra escrita por un “brasileñista”. Horowitz estaba mucho más familiarizado con la Argentina y no había construido una carrera en los Estados Unidos a partir de una producción identificada con temas brasileños.[24] No obstante, para entender el lugar del proyecto rib/reb en el proceso de circulación de conocimiento entre la academia norteamericana y latinoamericana, es esencial situar este libro en el contexto de otros estudios que tomaron a Brasil como “caso” para ser presentado a un público extranjero, ya que su autor intentará controlar la recepción de la obra diferenciándola de otros productos supuestamente similares.
En 1964, el llamado campo “brasileñista” aún no se había desarrollado plenamente. Los nombres de las ciencias sociales más identificados con el estudio de la sociedad brasileña eran los de Charles Wagley, Donald Pierson, Anthony Leeds, Richard Morse y otros implicados en diferentes proyectos de investigación transnacionales, que tomaron el país como laboratorio para el estudio de las relaciones étnico-raciales. El Proyecto unesco, realizado en la primera mitad de la década de 1950 en diferentes regiones de Brasil, permitió a los estudiosos producir conocidos análisis del país, que fueron cruciales para el proceso de institucionalización de las ciencias sociales brasileñas.[25] En un estudio de historia oral de diferentes generaciones de “brasileñistas”, clasificó al primer grupo como “pioneros”, diferenciándolos de los “Hijos de Castro”, que surgieron de la formación geopolítica de los area studies en el mundo académico norteamericano y se beneficiaron de la creciente inversión estatal y privada en la producción de expertos en lenguas y culturas locales.[26]
Horowitz se enfrentó a una doble tarea al tener que diferenciarse tanto de los estudiosos interesados en desentrañar los secretos de la “identidad brasileña”, generalmente animados por perspectivas antropológicas y/o culturalistas, como de la generación emergente cuyo trabajo se identificaría con los intereses geopolíticos estadounidenses y las teorías de la modernización que les daban apoyo intelectual.[27] Su conexión con la obra de Mills lo ayudó en esta tarea, ya que le otorgó legitimidad en el emergente círculo de sociólogos latinoamericanos, que comenzaban a cuestionar los presupuestos de las teorías hegemónicas de desarrollo, abriéndole las puertas para proyectar su trabajo en un espacio diferente al ocupado por los “brasileñistas”.[28] Por lo tanto, rib debe ser vista como una obra que permitió al autor presentarse como intérprete y mediador de las reivindicaciones revolucionarias latinoamericanas, un importante recurso simbólico para su proyecto de critical sociology, entonces en pleno desarrollo. Por otro lado, el libro era producto de una inversión latinoamericanista, pero que no quería ser catalogada como tal ni asociada a la geopolítica de la Guerra Fría.
El tema principal de rib es el proceso de desarrollo brasileño y las aspiraciones nacionalistas, socialistas y reformistas de gran parte de su élite política, así como los movimientos sociales rurales que tanto interesaron al autor. Horowitz llama a esto la “revolución” que está teniendo lugar en el país, lo que requeriría una comprensión más matizada y menos contaminada ideológicamente por las tensiones de la Guerra Fría por parte del público norteamericano. Cabe señalar que el subtítulo –Politics and Society in a Developing Nation– cumple exactamente el propósito de enmarcar el texto no como un estudio de la “cultura brasileña”, sino como una investigación de los problemas del desarrollo del tercer mundo desde la perspectiva de uno de los dos países más importantes de la región.
La
versión original tenía doce capítulos y más de cuatrocientas páginas, con
capítulos escritos por Horowitz mezclados con secciones formadas por
traducciones de panfletos, informes, discursos o extractos de análisis
sociológicos, todos ellos producidos originalmente por brasileños. La
estructura del libro es la siguiente: I. “An Introduction to the Brazilian
Revolution” (texto de Horowitz); II. “The Ideology of Peasant Revolution” (texto
de Horowitz); III. “The Practice and Preaching of Revolution” (compuesto por
traducciones de las cartas del líder campesino Francisco Julião); IV. “Charisma
Constitutions, and Brazil’s Men of Power” (texto de Horowitz); V. “Brazil and
‘Third-Force’ International Politics” (traducción de textos del expresidente
Jânio Quadros, del diplomático Horacio Lafer y del historiador José Honório
Rodrigues); VI. “Revolution from Above” (traducción de la carta testamentaria
del expresidente Getúlio Vargas, de un texto del dirigente del ptb Fernando Ferrari y de artículos de
los científicos sociales Helio Jaguaribe y Glaucio Soares); VII. “Fact and Folklore in Economic
Underdevelopment” (texto de Horowitz); VIII. “Social
Structure and Economic Change” (traducción de textos de los científicos
sociales Luiz de A. Costa Pinto, Waldemiro Bazzanella, Bresser Pereira, Neuma
Aguiar Walker, Luis Suarez y Josué de Castro); IX. “Bossa Nova in Brazilian
Society” (texto de Horowitz); X. “Brazil Confronts the Clash of World Systems”
(traducción de textos de Gilberto Freyre, el historiador Jacob Gorender, el
dirigente comunista Luís Carlos Prestes, el economista liberal Roberto Campos y
el expresidente João Goulart); XI. “Brazil and the Sino-Soviet Dispute” (texto de Horowitz); XII. “American
Capitalism, Soviet Communism and the Brazilian Mix” (texto de Horowitz).
En el primer capítulo, Horowitz intenta proyectarse como un latinoamericanista de “nuevo tipo”, alejado de las visiones prejuiciosas del pasado y consciente de la necesidad de mediar entre las aspiraciones del pueblo brasileño en su lucha por el desarrollo y los temores del público norteamericano, ya influido por los efectos de la Revolución cubana en el hemisferio. En el siguiente pasaje, el autor se desmarca de las visiones antropológicas que habrían estigmatizado a los brasileños como culturalmente primitivos y presenta lo que entiende que son los verdaderos deseos de este pueblo:
Lo que preocupa a los brasileños, de lo que hablan, es de cómo lograr la independencia económica tanto de las potencias capitalistas como de las comunistas; de cómo navegar por un rumbo político entre el Águila y el Oso; de cómo poner en marcha una reforma agraria que acabe con los latifundistas; de cómo conseguir una economía pública adaptada de forma única a las necesidades de los brasileños.[29]
La creencia de Horowitz en su papel mediador es tan fuerte que le permite decir cosas como “Este es un libro sobre Brasil, pero también es un libro escrito por brasileños”.[30] Esta afirmación se tradujo en el montaje de una obra en la que varios capítulos son, de hecho, producciones de intelectuales y políticos brasileños, sacadas de sus contextos originales y trabajadas como evidencia de los problemas y cuestiones generales que organizan cada capítulo. Horowitz justifica este procedimiento como una forma de reducir el sesgo ideológico que sería típico de la producción “brasileñista”, destacando cómo el debate político-intelectual brasileño sobre la revolución se daría en sus propios términos.
Al mismo tiempo, Horowitz trata de distanciarse de los estudios realizados bajo la égida de los area studies, situando su trabajo como un estudio de caso de problemas más generales del tercer mundo, que trasciende las fronteras nacionales: “Se dice que Brasil representa un ‘campo’, un ‘estudio de área’. Todavía no se ha hecho ningún intento significativo de conectar las mareas revolucionarias que barren Brasil con el movimiento general o los acontecimientos en otras partes de América Latina, Asia y África”.[31] Y, de hecho, los tres últimos capítulos del libro están dedicados precisamente a construir comparaciones o marcos que permitan a Horowitz discutir Brasil a la luz de la experiencia china o de los conflictos entre los países subdesarrollados y los Estados Unidos.
La selección de textos de brasileños señala el intento de Horowitz de equilibrar la presentación de las reivindicaciones revolucionarias de los brasileños con las expectativas del público norteamericano, atemorizado por las perspectivas abiertas por la Revolución cubana. Así, la presencia de textos de figuras más conservadoras, como Roberto Campos y Gilberto Freyre, es la forma en que Horowitz busca mostrar los matices del discurso brasileño y subrayar que el proyecto de desarrollo autónomo analizado no significaba necesariamente una vía “comunista” o “castrista”. No en vano, el último capítulo del libro presenta el proyecto de desarrollo de los años 1960 como una mezcla basada en una especie de socialismo pragmático y flexible, no necesariamente similar a las experiencias soviéticas. Horowitz considera que las tendencias políticas del período apuntan en la dirección de una revolución de izquierda, pero cuyo resultado bien podría representar la pacificación del problema comunista y un apaciguamiento de la tensión entre subdesarrollados y desarrollados. Este último capítulo concluye con un conjunto de prescripciones hechas por Horowitz a los norteamericanos, que incluían un mayor apoyo a las iniciativas reformistas en curso durante el gobierno de Goulart y un mayor distanciamiento del gobierno de los Estados Unidos de los intereses corporativos de las empresas de aquel país.
Aunque el libro se presenta como una obra “de brasileños”, que daría voz a sus aspiraciones y reivindicaciones, es innegable que el proyecto está marcado por la proyección de Horowitz como mediador, que une diferentes piezas y les da sentido. La diversidad de temas y problemas que marcaron a la sociedad brasileña de la época se discute a la luz de la necesidad de reeducar a las élites y a los policy-makers estadounidenses. Al mismo tiempo, el encuadre tercermundista del material de Horowitz se adaptaba perfectamente a su proyecto de conducir la sociología crítica de Mills hacia una teorización sobre los procesos de desarrollo en las regiones periféricas.
Ese mismo año, 1964, Horowitz editó la compilación The New Sociology: Essays in Honour of C. W. Mills, y firmó una sustanciosa introducción al volumen, en la que trataba de sistematizar lo que entendía que era esta nueva sociología.[32] Según él, los principales problemas abordados por la nueva generación serían, entre otros, las nuevas formas de capitalismo y socialismo, el policentrismo, las tensiones raciales y los costes del desarrollo.[33]
En las secciones finales de esta introducción, Horowitz reclamaba un proyecto de sociología comparada que reconociera los temas y problemas del tercer mundo, y cuestionara el “imperialismo sociológico” –que marcaba la sociología norteamericana de la época–, un adversario construido de la nueva sociología imaginada por el autor de Revolution in Brazil.
En otras palabras, rib era parte integrante de un proyecto más amplio del autor, cuya razón de ser no estaba en América Latina, sino en los Estados Unidos. Aun así, los diálogos latinoamericanos establecidos resultaron ser fundamentales para este proyecto, como muestra el “Prefacio”, en el que Horowitz agradece a algunos “generosos” académicos brasileños que le hayan permitido utilizar sus materiales de investigación. Aunque aparezcan en el libro como “fuentes”, estos intelectuales estaban en el corazón de un proceso de fermento intelectual que produjo nuevas reflexiones sobre el desarrollo y la modernización, las cuales resultaron fundamentales para dar sustancia teórica al proyecto de Horowitz de una sociología global menos eurocéntrica, proyecto anunciado ese mismo año en su texto introductorio al libro de ensayos en honor a Mills.[34] El brasileño Costa Pinto, por ejemplo, había cuestionado la linealidad de las teorías norteamericanas de la modernización, señalando cómo la modernización periférica podía incluir ritmos diferentes y la no integración funcional entre sectores de la vida social. El economista Celso Furtado, por su parte, había sido una figura clave en la producción de una narrativa historiográfica sobre las relaciones entre centro y periferia en el capitalismo global, especialmente por su trabajo en la Comisión Económica para América Latina (cepal). Ambos fueron citados en los capítulos finales del libro de Horowitz sobre el tercer mundo, editado solamente dos años después.[35]
Sin embargo, el aporte latinoamericano no fue solo en el campo de las influencias intelectuales, ya que muchos sociólogos de la región jugaron un papel importante como comentaristas y mediadores del proyecto intelectual de Horowitz. Esto puede verse no solo en la escritura de la obra, sino también en el proceso de su circulación, que pronto planteó problemas que obligarían a Horowitz a trabajar para controlar la recepción, lo que podemos entender como una etapa más en el proceso de elaboración continua de una obra sociológica.
Como se ha indicado, la “revolución” mencionada en el título era una referencia al proceso de desarrollo y democratización que había tenido lugar en Brasil en la primera mitad del siglo xx y que se había visto interrumpido por el golpe militar de 1964, año en el que el libro iba a salir a la venta. Sin embargo, la circulación comenzó precisamente en la semana del golpe, que tuvo lugar el 31 de marzo. Hay que recordar que los golpistas se autodenominaban “revolucionarios” y pretendían utilizar la expresión “Revolución de 1964” para designar la ruptura democrática.
Ante esto, por miedo a ser malinterpretado, Horowitz escribió rápidamente un artículo sobre este acontecimiento, al que calificó de “contrarrevolución”. El texto fue publicado en New Politics, una revista socialista independiente de los Estados Unidos próxima a las posiciones tercermundistas.[36] El artículo “Revolution in Brazil: The Counter-Revolutionary Phase” apareció en el segundo semestre de 1964 tanto para complementar el libro publicado en marzo como para analizar los acontecimientos en Brasil.
Esto ya nos lleva a una interesante discusión sobre los límites materiales de lo que entendemos por libro. ¿Debe entenderse este artículo, cuyo título expresa un intento de reescritura suplementaria, como parte del proyecto textual de rib? ¿Puede entenderse como una especie de guía de lectura, cuya existencia es totalmente parasitaria del original? Estas preguntas muestran cómo la naturaleza cambiante e inestable de rib se hace patente ya desde el comienzo mismo del proyecto.
Sin embargo, esto no impidió el esfuerzo de Horowitz por controlar la recepción de su obra en diálogos con otros intelectuales latinoamericanos, como puede verse en su correspondencia con el brasileño Costa Pinto, con quien mantuvo contacto desde 1962. Costa Pinto era un destacado sociólogo, que había publicado numerosos artículos y libros sobre sociología del desarrollo y estratificación social, a pesar de una accidentada carrera profesional condicionada por el golpe de 1964. El brasileño gozaba también de gran prestigio internacional, habiendo sido el primer director electo del Centro Latino-Americano de Pesquisas em Ciências Sociais (clapcs) en 1957, y vicepresidente de la International Sociological Association (isa).
En una carta fechada el 6 de abril de 1964, Horowitz menciona el libro, que considera admirable, a pesar de los recientes acontecimientos –o gracias a ellos–. El estadounidense también se declara consternado por el golpe, afirmando que “Goulart era muy hijo de Vargas y poco discípulo de Marx”, subrayando que las acusaciones de que el presidente era comunista carecían de fundamento, pero que le gustaría escuchar las opiniones del brasileño al respecto.[37] Para Costa Pinto, el golpe de Estado había tenido éxito y preveía muchos problemas, aunque no tuviera muy clara la situación, pues los conservadores moderados ya estaban compartiendo el gobierno con la derecha extremista, algo aterrador.[38]
En cuanto al libro, Costa Pinto lo recibió a finales de abril. Poco después, el 7 de mayo, escribió a Horowitz diciendo que comprendía la presión que debía sentir para publicar un libro sobre Brasil en un momento tan agitado. Confirmó que había recibido un borrador del artículo “Revolution in Brazil: the counter-revolutionary phase” y creía que la “coincidencia” del golpe con la publicación sería favorable en términos de mercado. Además, para el brasileño, los lectores norteamericanos tenían la suerte de contar con el libro como guía para comprender lo ocurrido. En cuanto al contenido del nuevo artículo, coincide con las interpretaciones de Horowitz sobre el golpe y la constatación de que, para entender el presente, es necesario comprender lo que hubo antes. La fuerte crítica a Goulart, “cuyo débil liderazgo fue el principal responsable de estos acontecimentos”, fue uno de los grandes motivadores de los sucesos del 31 de marzo, y el análisis de Horowitz sobre este punto fue, según Costa Pinto, correcto.[39]
Por otro lado, el brasileño discrepó con algunos puntos, como la presentación exagerada de Goulart como el “Nasser brasileño” y los pronósticos sobre escenarios futuros, porque la idea de que Brasil seguiría un “patrón canadiense” de desarrollo le parecía una broma, y era “difícil saber dónde acaba la estupidez y empieza el cinismo”. Las autoridades estadounidenses prometieron mucha ayuda al país, pero el brasileño reiteró que no creía que la implicación de los Estados Unidos fuera tan mínima como afirmaba Horowitz.
La incesante elaboración de rib no se limita a la forma en que Horowitz trató de incorporar comentarios y críticas, o incluso de complementar el libro original a la luz de la evolución política. La circulación del libro en diferentes mercados exigió un considerable esfuerzo de traducción y adaptación, como se verá en el caso de la edición mexicana.
Preocupado por la difusión de su trabajo, Horowitz envió el artículo a Pablo Casanova, quien estaba a punto de publicar su clásico libro sobre la democracia en México y se consolidaba como líder del proceso de institucionalización científica en su país.[40] El 24 de junio, el estadounidense escribió a Casanova con una copia del artículo de New Politics, informándole que la revista había autorizado su traducción, lo que demostraba una vez más su interés por consolidarse ante el público hispanohablante de América Latina.[41] Su colega mexicano no tardó en confirmarle que iban a publicar el artículo completo en español y, de hecho, la traducción apareció ese mismo año en la Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam).[42]
Al mismo tiempo, Horowitz trabajaba en la traducción del propio libro. El responsable de la edición latinoamericana sería Orfila Reynal, el prestigioso editor que dirigió en los años 1960 una de las editoriales más potentes del mercado latinoamericano de las ciencias sociales y las humanidades, el Fondo de Cultura Económica (fce), y que más tarde sería responsable de Siglo XXI, en la Argentina. Orfila Reynal fue una figura clave en la consolidación de una cultura intelectual progresista en el continente, traduciendo obras fundamentales para el emergente mercado latinoamericano de las ciencias sociales y dando a conocer autores locales en sintonía con la sociología crítica del desarrollo.[43]
La relación entre Orfila Reynal y Horowitz no era nueva, pues este último ya había identificado al editor argentino como una figura clave en su objetivo de vincular el conocimiento sociológico emergente producido en América Latina con el proyecto de una “nueva sociología” basada en el legado crítico de Mills. Este, por cierto, había sido un autor fundamental en la construcción de los lazos de confianza entre estos dos intelectuales, especialmente a raíz de la traducción de la colección Power, Politics and People, emprendida conjuntamente por Horowitz y Orfila en 1964. La traducción de rib, el primer libro de Horowitz editado por Orfila, se acordó durante un encuentro personal en la Ciudad de México. A partir de entonces se estableció una correspondencia triangular entre el autor, el editor y el agente Carl Brandt, que nos permite comprender el efecto de este complejo proceso.
Un punto interesante de esta correspondencia, que refuerza la percepción de que Horowitz pretendía controlar su circulación, es que Brandt reitera que el autor estaría dispuesto a recortar partes del libro para hacerlo más adecuado al mercado local, pero también le gustaría añadir un capítulo para actualizarlo con los acontecimientos recientes.[44] Así lo confirma una carta de Horowitz a Orfila Reynal del 21 de septiembre, en la que expresa sus expectativas positivas sobre la publicación del libro en el “formato popular que discutieron”. De hecho, la política editorial del fce condicionaría decisivamente el objeto de rib.[45] Al fin y al cabo, como muestra Gustavo Sorá (2014), el lanzamiento de colecciones populares era fundamental en la estrategia de divulgación humanista y científica emprendida por el fce, con el apoyo financiero del Estado mexicano. Esta estrategia limitó el tamaño de los textos e incluso sus modelos.
Las dificultades de las partes implicadas para formalizar un contrato, el retraso en el proceso editorial y la rapidez de los cambios que afectaban a Brasil amenazaban con dejar el libro rápidamente obsoleto. Así, en sus cartas, Horowitz insistía en que la traducción estuviera lista lo antes posible, debido a la relevancia de la situación política en Brasil, a ser posible en 1965, o al menos “antes de otro golpe”.[46] Sin embargo, la traducción se enfrentó a varios contratiempos.
Entre octubre de 1964 y enero de 1965, no se había firmado ningún contrato, retrasándose aún más el proyecto. Orfila Reynal respondió tanto al agente como al autor el 15 de marzo. Al agente le envió el contrato con los derechos de traducción y un cheque.[47] Al autor, Orfila le confirmó que haría todo lo posible por acelerar el proceso de traducción, pero subrayó que estaba esperando el envío del material complementario que había mencionado.[48] La respuesta a esta última correspondencia llegó el 19 de marzo, con la primera versión de la nueva introducción adjunta, ya “bien traducida”. Además, Horowitz comenta que el trabajo sobre la contrarrevolución, el “tema más relevante de los últimos meses”, sería el último capítulo.[49] Aquí vemos cómo Horowitz busca transformar el libro a la luz de los acontecimientos, incorporando el artículo explicativo publicado en 1964 como un nuevo capítulo, más orgánicamente vinculado a la nueva obra.
Unos dos meses más tarde, Horowitz volvió a escribir a Orfila Reynal sobre la traducción, enviándole una nueva versión de la introducción que había sido “mejorada” a partir de los comentarios de varios amigos y colaboradores.[50] La traducción iba bien, pero en agosto el editor escribió para tratar un “grave problema”: el texto traducido era considerablemente más grande que la Colección Popular del fce. Le gustaría publicar el libro en este formato porque “tendría mayor y mejor alcance” y pide a Horowitz que le sugiera cómo podrían “reducir el texto sin eliminar lo esencial”, dándose cuenta de que habría que quitar unas ciento treinta páginas. De no realizarse estos cambios, el libro se publicaría dentro de la serie Obras Políticas, con una difusión más lenta.[51]
Una carta de Horowitz del 19 de agosto indica que ambos hablaron por teléfono para tratar el “grave problema”. El primer punto acordado fue que la traducción debía aparecer en la Colección Popular, a la que “sin duda pertenece”. Otro punto fue sobre el subtítulo, que Horowitz quería cambiar de “Política y sociedad en una nación en desarrollo” a uno más actual, “Política y sociedad desde Vargas hasta Goulart”. Se pidió la opinión de Orfila Reynal porque, para el autor, esta edición era aún más significativa que la estadounidense.[52]
Como puede verse, no se trata de una simple traducción, sino de la construcción de un libro nuevo, orientado hacia un tipo de público diferente y con un formato editorial pensado para la divulgación científica en una sociedad periférica. Algo que lo demuestra es la cantidad de cambios que Horowitz introdujo a lo largo de la traducción. En octubre, envió una versión “ligeramente revisada” de la introducción, añadiendo pequeños detalles.[53] A pesar de un final de año problemático en 1965, que culminó con la salida de Orfila del fce, la editorial continuó la publicación de Revolución en el Brasil, lanzando la versión en español en marzo de 1966. Formaba parte de la Colección Popular, en la subcolección Tiempo Presente, cuyo primer libro fue Escucha, yanqui, el polémico ensayo de Mills que se convirtió en un best-seller en la región.[54]
La inclusión de este libro en una colección encabezada por Mills era coherente tanto con el proyecto intelectual del propio Horowitz, que buscaba acreditarse como legítimo heredero de Mills, como con la percepción latinoamericana de una “sociología crítica norteamericana”.[55] Así, si el tema del libro parecía excesivamente regionalizado, su posicionamiento en una secuencia con otros títulos otorgaba a Horowitz un lugar como analista “radical” de América Latina, con el sello de prestigio conferido por un poderoso mediador intelectual en la región.
Se introdujeron varios cambios significativos en el libro debido a las necesidades de edición, ya que el fce exigía un libro más compacto, y también para actualizar la obra a la luz de los acontecimientos que tuvieron lugar poco después de la publicación de la versión original. Empezando por el título, el nuevo fue Revolución en el Brasil. Política y sociedad de Vargas a Goulart (1930-1964). Además, la traducción solo tenía ocho capítulos y unas doscientas cincuenta páginas. Se suprimieron los siguientes capítulos: “The Practice and Preaching of Revolution”, “Brazil and ‘Third-Force’ International Politics”, “Revolution from Above”, “Social Structure and Economic Change”, y “Brazil Confronts the Clash of World Systems”; y se añadió uno nuevo, “La fase contrarrevolucionaria”, que era una versión revisada del artículo publicado poco después del lanzamiento de la edición original. Se añadió una nueva sección antes del primer capítulo, que sirve de introducción al propio libro, titulada “‘La historia natural de Revolución en el Brasil’: Biografía de un libro”. Además, en el prefacio de la traducción, Horowitz no mencionó a los intelectuales brasileños que había calificado de “generosos” en la edición original.
Esta “historia natural” es una prueba contundente del intento de Horowitz de controlar la recepción del libro y disciplinar la naturaleza híbrida del material, que ya había sufrido tantos cambios. Así, deja claro que eligió Brasil no por un interés culturalista o exotizante, sino porque representaba un caso que le permitía discutir el tercer mundo en general, hecho que ya estaba presente en la versión original, pero que requería refuerzo en este momento. Una vez más, trata de diferenciar su trabajo de las obras de otros expertos norteamericanos, a los que llama jocosamente “los feos norteamericanos”, argumentando que trataba de criticar la sociología dominante de la época.[56] En cierta manera, Horowitz radicalizó en este texto su distanciamiento del campo latinoamericanista en los Estados Unidos como una forma de construir un acercamiento a un público latinoamericano cada vez más politizado y crítico con la política exterior del país hacia la región.
Horowitz también aclara que incluyó una bibliografía sugerida al final, además de mencionar obras posteriores escritas por latinoamericanos que merecía la pena consultar. Por último, argumenta que el trabajo implicaba comprometerse con el público, lo que justificaba los recortes realizados y los añadidos efectuados. El hecho de incluir una bibliografía señala la intención de Horowitz de situar su obra no como un texto de un especialista distante, sino de un sociólogo crítico “aliado” con los latinoamericanos, lo que situaba a reb en línea con otras obras importantes producidas en el continente.
Como puede verse, la diferencia entre las dos obras es tan grande que el propio Horowitz tuvo que escribir un prefacio explicando la naturaleza de su proyecto intelectual. Al mismo tiempo, este texto sirve como buena prueba de la naturaleza ambivalente del proyecto rib/reb. Si la versión original se orientaba como un trabajo de mediación emprendido por un experto autorizado a traducir voces del tercer mundo para un público atemorizado, la traducción/recreación se posicionaba como un libro “comprometido” escrito por un amigo de los latinoamericanos, situado en la misma galería que Mills.
Esta nueva edición llega también en un nuevo momento de la trayectoria intelectual del autor. En ese mismo año, 1966, Horowitz publicó su gran obra sobre el tercer mundo, en la que sistematizó sus lecturas sobre el tema, posicionándose una vez más como mediador entre las voces “radicales” y diversas de los intelectuales del tercer mundo y un público norteamericano culto.[57] En esta obra, conceptos y teorías de autores latinoamericanos le resultaron fundamentales a Horowitz para explicar los problemas del desarrollo periférico, consolidando el tipo de diálogo transnacional asimétrico. Si, por un lado, Horowitz gozaba de condiciones materiales y simbólicas inalcanzables para sus colegas latinoamericanos, al tener la posibilidad de escribir libros y artículos sobre el tercer mundo que circulaban en editoriales internacionales, por el otro, dependía de las teorizaciones de esos mismos colegas, con quienes estableció un canal efectivo de intercambio intelectual. Estos intercambios se tradujeron, por ejemplo, en la redacción de reseñas de autores latinoamericanos en prestigiosas revistas norteamericanas y en la labor de emprendimiento editorial que Horowitz llevó a cabo por encargo de figuras como Gino Germani.[58]
Así, la pareja rib/reb resultó ser una iniciativa editorial extremadamente inestable y maleable, situada en la intersección entre el proyecto profesional e intelectual de Horowitz, las limitaciones producidas por editores y audiencias y los diálogos asimétricos establecidos con sus interlocutores en la región.
Consideraciones finales
El caso de rib no solo es relevante para entender la trayectoria de Horowitz, sino que también nos permite comprender distintas dimensiones del proceso de producción y circulación del conocimiento sociológico en forma de libro. Los cambios radicales introducidos en la traducción al español del fce demuestran que los procesos de traducción distan mucho de ser simples transposiciones lingüísticas, ya que el papel de los mediadores (en este caso, el editor) y las restricciones ejercidas por la estructura de públicos y mercados inciden en el objeto, dándole nuevas formas. Además, las circunstancias históricas pueden producir cambios textuales y alterar los significados de la recepción, como queda claro por el efecto que el golpe de 1964 tuvo en el significado de “Revolución” en el título de la obra. Por último, el caso explorado en este artículo revela la agencia ejercida por las comunidades intelectuales periféricas, que no se limitan a consumir material producido en contextos hegemónicos. La naturaleza cambiante de rib/reb muestra cómo los proyectos editoriales centrales pueden modificarse significativamente durante el proceso de traducción y circulación, adquiriendo nuevos e inesperados significados, un punto que ha sido trabajado en los estudios de circulación.[59] Además, el proceso de producción de rib muestra cómo un libro de sociología expresa no solo la voz subjetiva de un autor, sino una compleja factura producida por diferentes diálogos y agencias. En este caso, estos diálogos tuvieron lugar a través de redes transnacionales que fueron fundamentales para el proyecto intelectual de Horowitz, ya que le permitieron acceder al conocimiento y la experiencia de sociólogos latinoamericanos. Si bien estas redes eran asimétricas, ya que estaban conformadas por profundas desigualdades en términos de recursos materiales, institucionales y simbólicos, no impidieron que estos intelectuales latinoamericanos resultasen fundamentales para la concepción del trabajo de su colega estadounidense. Esta relevancia se dio tanto en la materialidad del texto, que resultó en un verdadero collage de producciones político-intelectuales firmadas por latinoamericanos, como en la propia recolección de datos y elaboración de insights, para lo cual Horowitz se valió de las redes que había acumulado desde fines de la década de 1950. América Latina se convirtió en un capital importante para el proyecto editorial de Horowitz, pero que exigía el reconocimiento de colegas periféricos. En otras palabras, incluso un intelectual “hegemónico” tenía que trabajar continuamente para mantener una compleja red transnacional, que albergaba intereses diversos que había que tener en cuenta en cierta medida. El concepto de “diálogos asimétricos” parece provechoso para entender cómo actores localizados en espacios periféricos logran influir en objetos producidos en espacios centrales o por intelectuales hegemónicos, tema que ha sido discutido en la literatura.[60]
Por
último, creemos que este caso plantea futuras cuestiones de investigación para
los estudiosos de la sociología del mercado editorial y de la historia de la
sociología. ¿Qué otras redes informales establecidas entre sociólogos de las
dos Américas desempeñaron un papel importante en la circulación del
conocimiento científico durante el mismo período? ¿A través de qué mecanismos
se crearon y mantuvieron estas redes en contextos de profunda desigualdad e
intensa controversia política? ¿En qué medida el conocimiento de estas redes
nos permite revisar la historia de la sociología tanto en los Estados Unidos
como en América Latina? o
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Resumen / Abstract
Sociología de un libro cambiante: Irving Horowitz y el proyecto Revolution in Brazil
Los
libros juegan un papel central en la historia de la sociología, pero ¿cómo
entenderlos en cuanto objetos científicos dotados de materialidad? Este
artículo toma como estudio de caso el proyecto del libro Revolution in
Brazil (1964) de Irving Horowitz, publicado originalmente por E. P. Dutton
& Co., y traducido por el Fondo de Cultura Económica en 1966. Se examina el
proceso de producción de la obra, marcado por los diálogos establecidos entre
Horowitz y sus interlocutores latinoamericanos, y su traducción y circulación,
para argumentar
que un texto aparentemente estable se transforma en dos a la luz de las
diferentes expectativas de los mercados lectores, de las estrategias de autores
y editores y de los efectos producidos por los intercambios intelectuales, que
tienen lugar en un contexto de asimetría estructural de recursos materiales y
simbólicos.
Palabras clave: Historia de la sociología - Circulación científica - Traducción - Irving Horowitz
Sociology of a changing book: Irving Horowitz
and the project Revolution in Brazil
Books play a central role in the history of
sociology, but: how may they be understood as material scientific objects? This
article takes a case study centered on the book project Revolution in Brazil
(1964) by Irving Horowitz, originally published by E.P. Dutton & Co. and
translated by Fondo de Cultura Económica in 1966. It examines the
productive process of this work, shaped by the dialogues established between
Horowitz and his Latin American peers, and by the translation and circulation
of the book. It argues that an apparently single text is in fact two different
works, due to the differing expectations of the audiences, the strategies of
authors and editors, and the effects produced by intellectual exchanges, which
took place in a context of structural asymmetry of material and symbolic
resources.
Keywords: History of sociology - Scientific circulation
- Translation - Irving Horowitz
Fecha de recepción del original: 18 / 12 / 2023
Fecha de aceptación del original: 5 / 3 / 2024
* Los autores agradecen a Regiane Mattos y Karina
Moruno la revisión de los textos en español.
** joao.maia@fgv.br. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3330-871X.
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[19] Benedetta Calandra, “De la selva
brasileña a la capital de las ciencias sociales: proyectos modernizadores de la
Fundación Ford en América Latina, 1927-1965”, Historia y política. Ideas,
procesos y movimientos sociales, vol. 34, 2015.
[20] Juan Jesús Morales, “Científicos sociales latinoamericanos en Estados Unidos: cooperación académica, movilidad internacional y trayectorias interamericanas alrededor de la Fundación Ford”, Dados, vol. 60, 2017.
[21] Juan José Navarro, “Cold
War in Latin America: The Camelot Project (1964-1965) and the Political and
Academic Reactions of the Chilean Left”, Comparative Sociology, vol. 10,
nº 5, 2011; Markarian, Universidad, revolución y dólares.
[22] Mariano Ben Plotkin, “US
Foundations, Cultural Imperialism and Transnational Misunderstandings”.
[23] Irving Louis Horowitz, The Rise
and Fall of Project Camelot: Studies in the Relationships Between Social
Sciences and Practical Politics, Cambridge, mit Press, 1967.
[24] A propósito, es importante señalar
que el libro nunca fue traducido en Brasil y las evidencias nos llevan a creer
que esto se debió a que el principal contacto editorial de Horowitz en el país
era el editor Jorge Zahar, con quien tuvo importantes desacuerdos entre 1964 y
1965 sobre la traducción de Power, People and Politics. En la edición
brasileña de esta colección de Mills, Zahar cambió el título, eliminó una
introducción escrita para la versión original y omitió varias partes. El
sociólogo escribió una serie de cartas a Zahar que quedaron sin respuesta.
Finalmente, el editor brasileño escribió a Oxford, pidiendo cambios de acuerdo
con el autor, reservándose el derecho a cambiar el título, como estipulaba el
contrato, y se publicó como Poder e política (Wright Mills, 1965). El
intercambio revela cómo Horowitz defendió furiosamente su posición como
heredero de Mills ante cualquier cambio que amenazara su posición.
[25] Marcos Chor Maio, “O Projeto Unesco e a agenda das ciências sociais no Brasil dos anos 40 e 50”, Revista brasileira de ciências sociais, vol. 14, 1999; Marcos Chor Maio y Thiago da Costa Lopes, “Modernization, Race, and the Rural Past in Brazil: A Transnational Analysis of Donald Pierson’s Sociology (1930–1950)”, Latin American Research Review, vol. 57, nº 2, 2022.
[26] José Carlos Sebe Bom Meihy, Colônia
brasilianista: história oral da vida acadêmica, San Pablo, Nova
Stella, 1991.
[27] Gilman, Entre la pluma y el fusil.
[28] Alejandro Blanco, “Ciências sociais no Cone Sul e a gênese de uma elite intelectual (1940-1965)”, Tempo social, vol. 19, nº 1, 2007.
[29] Horowitz, Revolution in Brazil,
p. 6. Traducción propia del original: “What Brazilians are worried about, what
they talk about, is how to achieve economic independence from both capitalist
and communist powers; how to navigate a political course between the Eagle and
the Bear; how to get an agrarian reform under way which would wipe out the
latifundists; how to get a public economy uniquely suited to the needs of
Brazilians”.
[30] Ibid, p. 7. Traducción propia del original: “This
is a book on Brazil; but it is also a book by Brazilians”.
[31] Ibid, p. 5. Traducción propia del original: “Brazil
is said to represent a ‘field’, an ‘area study’. No significant attempt has yet
been made to connect the revolutionary tides sweeping Brazil with the general
movement or events in other parts of Latin American, Asia, and Africa”.
[32] Irving Louis Horowitz (comp.), The
New Sociology: Essays in Social Science and Theory in Honor of C. Wright Mills,
Oxford, Oxford University Press, 1965 [1964].
[33] Horowitz, “An introduction to The
New Sociology”, en Horowitz (comp.), ibid., p. 21.
[34] Ibid.
[35] Irving Louis Horowitz, Three
Worlds of Development: The Theory and Practice of International Stratification,
Oxford, Oxford University Press, 1966.
[36] Irving Louis Horowitz, “Revolution
in Brazil. The Counter Revolutionary Phase”, New Politics, vol. 3, nº 2,
1964.
[37] Carta de Irving Louis Horowitz al Dr. Luiz de Aguiar Costa Pinto, 6 de abril de 1964. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/374484/rec/6. Carta de Irving Louis Horowitz al Professor L. A. Costa Pinto, 10 de abril de 1964. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/374511/rec/9.
[38] Carta de L. A. Costa Pinto, 7 de abril de 1964. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/368774/rec/70.
[39] Carta de L. A. Costa Pinto, 7 de mayo de 1964. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/374675/rec/39.
[40] Pablo González Casanova, La democracia en México, México, Ediciones Era, 1965.
[41] Carta de Irving Louis Horowitz al Professor Pablo Gonzalez Casanova, 24 de junio de 1964. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/374370/rec/116.
[42] Carta de Pablo Gonzalez Casanova, 3 de julio de 1964. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/374428/rec/19; Irving Louis Horowitz, “Revolución en Brasil: la fase contrarrevo-lucionaria”, Revista Mexicana De Ciencias Políticas y Sociales, vol. 10, nº 37, 1964.
[43] Sorá, Editar desde la izquierda; Víctor Erwin Nova Ramírez, “Arnaldo Orfila Reynal: el editor que marcó los cánones de la edición latino-americana”, Tesis doctoral, Universidad Nacional Autónoma de México, 2013.
[44] Carta de Carl D. Brandt a Arnaldo Orfila Reynal, 27 de agosto de 1964. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/370478.
[45] Carta de Irving Louis Horowitz a Arnaldo Orfila Reynal, 21 de septiembre de 1964. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/370510.
[46] Carta de Irving Louis Horowitz a Arnaldo Orfila Reynal, 28 de febrero de 1965. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/369617.
[47] Carta de Arnaldo Orfila Reynal a Brandt & Brandt, 15 de marzo de 1965. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/369990.
[48] Carta de Arnaldo Orfila Reynal, 15 de marzo de 1965. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/367347.
[49] Carta de Irving Louis Horowitz a Arnaldo Orfila Reynal, 19 de marzo de 1965. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/367392.
[50] Carta de Irving Louis Horowitz aa Orfila Reynal, 24 de mayo de 1965. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/367602/rec/21.
[51] Carta de Arnaldo Orfila Reynal, 14 de agosto de 1965. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/375725.
[52] Carta de Irving Louis Horowitz a Arnaldo Orfila Reynal, 19 de agosto de 1965. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/375727.
[53] Carta de Irving Louis Horowitz a Arnaldo Orfila Reynal, 4 de octubre de 1965. Recuperado el 27 septiembre de 2023 de https://digital.libraries.psu.edu/digital/collection/transaction/id/330637.
[54] 1964 fue un año crucial, ya que el fce publicó Hijos de Sánchez, la polémica etnografía de Oscar Lewis sobre la cultura de la pobreza en México. Muchos miembros de la élite política mexicana consideraron que el libro atentaba contra la imagen pública del país y presionaron para que Orfila fuera destituido como director. Varios intelectuales de todo el mundo expresaron su preocupación por la decisión del fce, entre ellos Horowitz. Orfila aprovechó esta ola mundial de simpatía para crear rápidamente la editorial Siglo XXI en la Argentina (Sorá, 2019). Horowitz fue uno de los primeros accionistas y ayudó a Orfila a vender acciones, encontrar otras fuentes de financiación y obtener diversos materiales para que la nueva editorial publicara.
[55] Grisendi, “Intelectuales, política y la recepción”.
[56] Horowitz, Revolución en el Brasil, p. 17.
[57] Horowitz, Three Worlds of
Development.
[58] Irving Louis Horowitz,
“Book Review of La Democracia en Mexico”, American Sociological Review,
vol. 31, nº 1, 1965;
João Marcelo E. Maia y Diana R. Rodriguez, “A Yankee Savage in Radical Clothing:
the contribution of Latin American intellectuals to Irving Horowitz’s critical
sociology”, American Sociologist, vol. 54, 2023.
[59] Medina, Centers and peripheries;
Keim, “Conceptualizing circulation of knowledge”.
[60] Ruvituso, “Brazilian social theory
in circulation”; Merkel, Terms of Exchange.