José Murilo de Carvalho
(1939-2023)


Zé Murilo, como lo llamaban sus amigos, fue, sin lugar a duda, uno de los más importantes historiadores brasileños. Nacido en 1939 en Andrelândia (pueblo del interior de Minas Gerais, hoy rebautizado Piedade do Rio Grande), inició sus estudios en el seminario de Barbacena para luego cursar Ciencias Sociales en la Universidade Federal de Minas Gerais. En sus años de formación universitaria se aproximó a grupos resistentes a la dictadura militar, ligados a la izquierda católica y al Instituto Superior de Estudios Brasileiros (iseb), importante núcleo de pensamiento social en los años 1950 y 1960. Fue en ese contexto turbulento de avance del régimen militar que Murilo obtuvo una beca de la Fundación Ford para seguir con sus estudios de posgrado en la Stanford University. Allí hizo su maestría y doctorado, y entró en contacto con figuras fundamentales de la ciencia política norteamericana. Su tesis doctoral permanece como una de las más gravitantes interpretaciones sobre la formación del Estado brasileño y de los cuadros dirigentes de la élite imperial. Fue publicada en Brasil en dos partes: A Construção da Ordem y Teatro de Sombras, más tarde reunificadas en un único volumen, como había sido concebida originalmente. Su actuación en los Estados Unidos abarcó también una fundamental reflexión sobre el papel de las Fuerzas Armadas en la política brasileña, temática de gran importancia en el contexto de la dictadura que había llevado a los militares al poder de una manera inédita. Por invitación de Boris Fausto, que había asumido la dirección de la Historia General de la Civilización Brasileña, sucediendo a Sergio Buarque de Holanda en la organización de los volúmenes posteriores al período colonial e imperial, Murilo publicó un primer capítulo sobre las Fuerzas Armadas en la Primera República.

Tras retornar a Brasil en los años setenta, se incorporó al plantel de profesores del Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro (iuperj), sumándose a un grupo destacado de intelectuales como Wanderley Guilherme dos Santos, Edmundo Campos Coelho, Guillermo O’Donnell, César Guimarães, Elisa Reis y Carlos Hasenbalg, entre otros. En momentos en que las universidades públicas sufrían el ataque de los gobiernos militares, el iuperj fue una isla de reflexión, el gran centro de excelencia de ciencias sociales en la ciudad que había dejado de ser la capital del país. En esa institución, Zé Murilo cumplió un papel importante como director de tesis de maestría y doctorado sobre diferentes temas vinculados a la historia y la política brasileña.

También se sumó a los cuadros del Centro de Investigación y Documentación en Historia Contemporánea del Brasil (cpdoc), creado en la Fundación Getulio Vargas por Celina Vargas do Amaral Peixoto. El cpdoc ha sido, desde entonces, un espacio de custodia de valiosos archivos personales de políticos brasileños del siglo xx, incluyendo el del propio Getulio Vargas, que gobernó Brasil desde 1930 a 1945 y desde 1950 a 1954. En ese centro, Murilo pudo dar continuidad a sus estudios sobre las Fuerzas Armadas, publicando varios artículos que compiló en el volumen Forças Armadas e Política no Brasil (2005). Esa actuación académica intercalaba las múltiples actividades en Río de Janeiro (siguiendo una práctica habitual de pluriempleo que en Brasil se extendió hasta comienzos de este siglo) con estadías en universidades extranjeras como Oxford y Princeton.

A inicios de la década de 1980, José Murilo empezó a trabajar también en la Fundación Casa de Ruy Barbosa, dentro del área de Historia, liderando un equipo de investigadores congregados alrededor de un proyecto sobre la ciudad de Río de Janeiro en los primeros años de la República. El grupo se organizaba en tres líneas de investigación y a su cargo quedó una de ellas sobre la cuestión de la ciudadanía. En el seno de ese proyecto surgieron las obras de Eduardo Silva (sobre las quejas populares publicados en la prensa carioca), de Sílvia Damásio (sobre las estadísticas del período republicano) y mi libro sobre la relación entre los ciudadanos y los hombres uniformados en las calles de la capital. Y nacieron también los dos libros que Murilo dedicó a las prácticas de ciudadanía y al imaginario republicano en Río de Janeiro: Os Bestializados (1987) y A Formação das Almas (1990), este último traducido al español por la editorial de la Universidad Nacional de Quilmes. En esas obras, de gran influencia en los debates sobre la política republicana, especialmente sobre las formas de participación ciudadana y los imaginarios republicanos, Zé Murilo se alejaba de la sociología política norteamericana que había marcado sus primeros trabajos, aproximándose a historiadores franceses como Maurice Agulhon y Raoul Girardet. El giro historiográfico tuvo como efecto adicional la expansión de lo que se convertiría en una marca distintiva de sus trabajos, la calidad literaria de su prosa, que lo llevaría a ser elegido, en 2004, miembro de la tradicional Academia Brasileña de Letras, en cuya sede fue velado hace unos días.

Su frondosa obra tuvo otras inflexiones notables, como la compilación Pontos e Bordados. Escritos de História e Política (1998) y el libro Cidadania no Brasil: O Longo Caminho (2001), originalmente publicado en español por Fondo de Cultura Económica. Al igual que en sus estudios sobre las Fuerzas Armadas, en esta zona de su obra amplió el abanico de discusiones a un período más extenso. Partiendo de la obra de Victor Nunes Leal, a quien admiraba, sobre la relación entre “coronelismo”, voto y clientelismo político, redefinió ese campo de estudios sobre las dimensiones del poder local en la historiografía brasileña.

En 1996 se convirtió en profesor titular de Historia de Brasil en la Universidade Federal do Rio de Janeiro, donde ejerció la docencia hasta jubilarse en 2009, cuando fue nombrado profesor emérito de esa casa de estudios. Así continuó su actuación como formador de discípulos, con un papel importante en la dirección de alumnos de grado y posgrado. De alguna manera, sus años como profesor e investigador de esa universidad, en la que luego de la experiencia de la Casa Ruy Barbosa también lo pude acompañar, fueron signados por un retorno a su tema original de la historia del Brasil imperial.

En los últimos años creó un Centro de Estudios del Ochocientos, espacio en el que vieron luz ensayos de gran valor interpretativo y comparativo que aún aguardan traducción para el público hispanohablante. Incansable, participó de la organización de los panfletos de la independencia brasileña, en extensos cuatro volúmenes, además de publicar una biografía del emperador Don Pedro II, que fue un éxito de ventas. Produjo libros sobre el radicalismo al final del Imperio y sobre el joven cearense Jovita Feitosa, que intentó ingresar al ejército brasileño en la Guerra del Paraguay. En ningún momento dejó de escribir y de publicar, aunque demostrara en los últimos tiempos decepción por los rumbos del país.

Notable escritor, dueño de una rara erudición, José Murilo de Carvalho deja su gigantesca obra como un legado que deberá ser leído por mucho tiempo dentro y fuera del Brasil. Y en tiempos turbulentos, la ausencia de su voz se sentirá como un vacío.


Marcos Luiz Bretas

Universidade Federal do Rio de Janeiro

Río de Janeiro, agosto de 2023

Traducción de Diego Galeano