Fichas

Ingrid Simson y Guillermo Zermeño Padilla (eds.),

La historiografía en tiempos globales,
Berlín, Edition Tranvía, 2020, 322 páginas

 

La historiografía en tiempos globales reflexiona sobre la escritura de la historia en un presente globalizado. Por globalización, los editores refieren al proceso de creciente interconexión iniciado en la segunda mitad del siglo xx, que remite a lo espacial y simultáneo más que a lo secuencial y cronológico.

Abre la obra un conjunto de tentativas teóricas y metodológicas sobre el tiempo, el espacio y las formas de representación histórica, presentado en textos de Reinhart Koselleck, François Hartog, Karl Schlögel y Hans Ulrich Gumbrecht. La segunda parte reflexiona sobre cómo la globalización y los enfoques globales han influenciado la historiografía a partir de la inflexión epistemológica de la década de 1960. Siguen dos miradas críticas que, desde la antropología, proponen escribir historias que consideren el perspectivismo amerindio y la cosmohistoria. La última sección presenta propuestas historiográficas que atienden al carácter simultáneo y descentralizado de la perspectiva global.

La historia en tiempos globales es una polifonía diacrónica de estudiosos preocupados por la reinvención de la historia, marcadamente moderna, antropocéntrica, secuencial y antiliteraria. Llama a abandonar esas condiciones de la consolidación de la disciplina, que para la comprensión de un mundo globalizado son más obstáculos que habilitadoras. En su lugar, se llama a una historia que retrate paisajes sincrónicos, interconectados y heterogéneos.

Estudiantes y especialistas encontrarán en la obra elementos para reflexionar sobre la teoría, la metodología y las técnicas de la historia global. Quien se aproxime a la obra debe dejarse seducir hacia una crítica de la historia de signo moderno; debe asumir la tardanza de la historia en reconocer el impacto del mundo globalizado en su práctica.

Gloria Maritza
Gómez Revuelta

colmex

 

Robert Darnton,

Un magno tour literario por Francia. El mundo de los libros en vísperas de la Revolución francesa,

México, Fondo de Cultura Económica, traducción de Mario A. Zamudio Vega, 2022, 606 páginas.

 

Este libro de Darnton fue publicado por primera vez en inglés en el año 2018 por la Oxford University Press; en 2022, Fondo de Cultura Económica nos presenta esta traducción sumamente útil para indagar sobre las formas de circulación de los libros y de la vida cultural, política y, sobre todo, comercial del Antiguo Régimen de la Francia de los años 1769 a 1789. Para ello, el autor investiga el fenómeno de la “vivencia de la literatura”, es decir, las conexiones entre los libreros, agentes y demás figuras que realizaron el puente de unión y sentido entre los lectores ávidos de obras y las casas editoriales encargadas de imprimir esos libros. Lo particular y fascinante de la investigación de Darnton es que nos muestra la dimensión del comercio del libro en las provincias de Francia, ya que estas “consumían la gran mayoría de los libros” que recibían de París, pero “con mayor frecuencia llenaban sus estantes con obras producidas fuera de Francia” (p. 10).

Darnton nos revela así hechos sobre la circulación y el consumo de los libros. En primer lugar, que los altos costos del papel y las fuertes trabas del mundo burocrático-comercial parisino habilitaban una forma paralela de comercio de libros pirateados de casas editoriales fronterizas. En segundo lugar, que este sistema de distribución que fue parcialmente clandestino, en especial en las zonas fronterizas de Francia, se organizó y requirió de las arterias comerciales ordinarias en donde los intermediarios ejercían su oficio, foco central del libro.

Para ello, recupera los datos que otorga el fastuoso archivo de la Sociedad Tipográfica de Neuchâtel, centrándose en el diario de viaje y la correspondencia del viajante de comercio de esta casa editorial, Jean-François Favarger. Esta geografía viviente le permite a Darnton dar luz sobre la red de personas y el sistema de recorridos. Cada capítulo hace foco en una provincia de Francia (a veces, más de una) y en sus conexiones fronterizas o internas con otros espacios comerciales, cada uno de ellos representado por un agente cultural y comercial determinado.

Como si fuera el relato de los recorridos del agua o de afluentes inexorables e imparables, el autor nos coloca en primer plano los cauces del mundo editorial y del libro en el Antiguo Régimen, previos al parteaguas de la Revolución francesa. Esta exploración e indagación nos muestra que, si bien los libros no hicieron la revolución, ciertamente llevaron, con su comercio y circulación, a generar fisuras en el orden restrictivo del Antiguo Régimen francés.

Mariana Rosetti

uba / conicet

 

 

Pascal Ory,

Qu’est-ce qu’une nation?
Une histoire mondiale
,

París, Gallimard, “Bibliothèque des histoires”, 2020, 464 páginas.

 

Pese a que solemos identificar la historia cultural francesa con un momento annaliste emancipado de la historia de las mentalidades y, en particular, con una “historia cultural de lo social” (Roger Chartier), atenta a las prácticas, la materialidad y los usos de objetos impresos, existe en Francia otra corriente historiográfica de idéntico nombre, pero que dista mucho de aquella. Surgida en los años 1980, esta historia cultural se ha mostrado más atenta al mundo contemporáneo, a una historia política en la línea de René Rémond, más amable con las mentalidades, la cultura de las élites y los conceptos históricos; de hecho, fue sintetizada con cierto aire conciliador por el autor del libro aquí reseñado como una “historia social de las representaciones”. El Dictionnaire d’histoire culturelle de la France contemporaine (2010) dirigido por Delporte, Mollier y Sirinelli es su máxima expresión. A falta de una seria tradición de historia de las ideas en Francia –tal como denunció con justa acritud Marc Angenot en L’Histoire des idées (2014)–, esta “historia cultural” haría las veces de lo que, entre nosotros (pero no en Cambridge), se denomina “historia intelectual”, aunque los historiadores franceses eviten este urticante adjetivo tan anglosajón. En este sentido, este nuevo libro de Pascal Ory, un estado del arte con ánimo global de la idea de “nación”, funciona como una pieza representativa de esta corriente. Bajo la sombra de Ernest Renan (desde el guiño del título hasta el uso como epígrafes de pasajes de su célebre texto de 1882) y tras discutir la trilogía canónica de Gellner, Hobsbawm y Anderson, el autor esboza la cartografía de los caminos que tomó el concepto y, para ello, divide su obra en tres grandes secciones: “Una invención democrática”, “Una construcción poética” y “Un recurso político”. Según Ory, la nación es un “sujeto dinámico” y nace cuando “un pueblo se convierte en el Pueblo”; se establece como tal entre Lutero y Sièyes y, por caso, resulta de “una experiencia histórica que produce una identidad cultural, pero que, en su camino, se cruza con la gran invención política de la modernidad: la soberanía popular”. En una época como la nuestra, en que la globalización parece dar indicios de retirada, esta obra se aviene a interpelar una “historia mondiale” de la idea de nación que más bien persigue aminorar la vehemencia con que las historias globales y trasnacionales pretendieron (y aún pretenden) hegemonizar toda investigación. Con todo, Qu’est-ce qu’une nation? no pretende ser original, sino una suerte de prestación intelectual para un público francés muy sensible a la idea de nación como “universal”. Un recorrido enciclopédico provechoso que el autor reconstruye con elegancia y que permitió situar esta problemática, nuevamente, en el espacio público.

Andrés G. Freijomil

ungs

 

Pierre Bourdieu,

Microcosmes. Théorie
des champs
,

París, Raisons d’agir, edición establecida y presentada por Jérôme Bourdieu y Franck Poupeau, 2021, 694 páginas.

 

Hacia los años 1990, el derrotero de Pierre Bourdieu pareció tomar un rumbo de intervención pública cada vez más intensa. Aunque el volumen Interventions, 1961-2001 (aumentado en 2022) demostró que esta iniciativa databa de varias décadas atrás,es indudable que el contexto de Sobre la televisión o Contrafuegos –fines de los años 1990– fue un momento álgido ante los efectos que la globalización neoliberal estaba ocasionando: Bourdieu creó por entonces la editorial Liber-Raisons d’Agir, nombre que provenía de la revista que fundó en 1989 y también del de un grupo de investigadores concebido como “intelectual colectivo” –frente al “intelectual total” sartreano o el “intelectual específico” foucaultiano–, surgido tras la gran huelga de 1995 contra el Plan Juppé. El objetivo de la editorial consistía en ofrecer libros de ciencias sociales, baratos y de bolsillo, con análisis que la “censura mediática” solía invisibilizar, sobre todo, al indagar los medios de comunicación. Tras casi treinta años de aquella gesta, Raisons d’Agir, si bien conserva su militancia bourdesiana, ha dejado de ser una editorial tan accesible y algunos de sus nuevos lanzamientos ya no son de bolsillo. Tal es el caso del imponente Microcosmes, el conjunto de textos sobre la medular noción de “campo” que Bourdieu fue esparciendo y reelaborando en libros y revistas durante cuarenta años (desde 1966, es decir, desde el clásico artículo “Campo intelectual y proyecto creador”) y que pergeñó como libro desde los años 1980 pero que, tras década y media de work in progress, debió interrumpir. Los editores se han propuesto “refabricar” ese proyecto, incorporando notas inéditas, esbozos del autor y un cúmulo de textos ya publicados. Allí, Bourdieu se proponía anudar la dispersión y una “síntesis provisoria que permitiese demostrar la fuerza operativa y la coherencia teórica” de los “campos” o “microcosmos”, cada uno de los cuales (religioso, político, literario, científico, entre otros) funciona como un sistema relativamente autónomo y jerarquizado de relaciones objetivas donde su posición se veía determinada por la estructura distributiva de los capitales en juego y cuyo control permitía acceder a privilegios que son específicos para cada campo. Tal es la definición básica. Empero, el plan de la obra ponía el acento en los grados de institucionalización que cada campo establecía con los restantes, de allí sus diferencias fundantes. En suma, tal y como ha sido editada, se trata de la obra más “teórica” de Bourdieu, siempre y cuando asumamos la teoría como subsumida a la lógica de la prueba y tal como fue construida la “teoría de los campos”: sin apriorismos y persiguiendo los dictados del trabajo empírico.

Andrés G. Freijomil

ungs

 

Richard Bourke y Quentin Skinner,

History in the Humanities and Social Sciences,

Londres, Cambridge University Press, 2022, 416 páginas.

 

Este volumen interdisciplinar explora la relación de la historia con un amplio rango de disciplinas de las humanidades y las ciencias sociales, como economía, ciencia política, teoría política, relaciones internacionales, sociología, filosofía, derecho, literatura y antropología. Su preocupación no está en estudiar las relaciones entre disciplinas, o cómo la disciplina histórica se vincula con otras ciencias; más bien explora cuál es el rol del conocimiento histórico en estas.

En este camino, los trabajos que componen esta compilación buscan dar cuenta de qué significa examinar un tema históricamente, cómo el cultivo de la comprensión histórica puede enriquecer y mejorar –sin ubicarse como un faro- una serie de disciplinas científicas sociales y humanísticas. Es así que los autores repasan desde distintas perspectivas y disciplinas cómo el anacronismo y el uso de esquemas muchas veces descontextualizados son algunos de los problemas que se mencionan no solo como “no usos” de la historia, sino también como malos usos.

History in the Humanities and Social Sciences invita a reconocer los aportes de la comprensión histórica y del tipo de preguntas que esta fórmula para el conocimiento en general y, si en algunos casos se critica el poco uso de la historia también se celebra el valor de adoptar la perspectiva histórica, sobre todo en la literatura. Si bien algunas de estas cuestiones no son nuevas, el volumen invita a una productiva y renovada reflexión, con algunos capítulos que seguro se convertirán en referencias importantes en el campo de la nueva historia de las ideas.

Martina Garategaray

unq / conicet

 

Gisèle Sapiro,

¿Se puede separar la obra
del autor? Censura, cancelación y derecho al error
,

Buenos Aires, Capital Intelectual, 2022, 190 páginas.

 

¿Cómo se regulan los vínculos establecidos entre la “moral de la obra” y la “moral del autor” bajo regímenes de producción cultural históricamente situados? ¿Bajo cuáles argumentos se “cancelan” autores consagrados? ¿Cómo se revisan los “cánones” de la producción cultural a la luz de las obras impugnadas? Estas son algunas de las preguntas que sugiere este ensayo de Sapiro que actualiza una temática ya explorada en libros como Lés écrivains et la politique en France. De l´affaire Dreyfus à la guerre d´Algérie de 2018 o La responsabilité de l´écrivain. Litterature, droit et morale en France (xix-xx siècle) de 2011. Sapiro explora los argumentos y las tomas de posición de diferentes agentes del mundo cultural en las polémicas abiertas por la reprobación de actitudes privadas o de compromisos públicos de autores/as cuya producción es factible de serdescartada”.

En la primera parte, Sapiro presenta las formas que adquiere el lazo entre obra y autor para mostrar los procedimientos de unificación que buscan dotar de una especialcoherencia” al proyecto creador de todo autor, en donde intervienen desde editores hasta traductores. La débil frontera entre autor y personaje le permite analizar los casos en los que la “escritura de ” y formas de la autoficción han disparado fuertes debates sobre los límites de lo aceptable públicamente. Asimismo, la atención a la recepción de algunas obras cuyos efectos violentos desbordarían la “intención original” del autor sugiere que el estudio de la producción intelectual y/o artística debe incluir las transformaciones históricas de los esquemas de percepción. La segunda parte, “Autores escandalosos”, ofrece un sofisticado conjunto de indagaciones sobre las polémicas en torno a Roman Polanski y Gabriel Matzneff, dos casos de impunidad machista amparados en posiciones de poder y en la “libertad artística”, o las variaciones en torno a compromisoscomprometedoresdel pasado como en Günter Grass o Paul de Man, las revelaciones sobre Heidegger o las recientescelebracionesnacionalistas de Charles Maurras.

A través de Foucault y Bourdieu, Sapiro indaga sobre las nociones de “autor” y de “obra” para mostrar el grado variable de relativa autonomía entre ambas, de la completa identificación a la escisión total, y la necesidad de inscribir las estrategias de autor y creación en el horizonte sociohistórico del campo de producción cultural. Así, antes que la expansión de lacancel culture”, es necesario, de acuerdo con Sapiro, comprender la sociogénesis de los/as autores/as y los efectos de las obras, para abrir un debate público informado y responsable sobre las producciones simbólicas que afectan derechos humanos y promueven violencias de cualquier tipo.

Ezequiel Grisendi

unc

 

A. James McAdams y Anthony P. Monta (eds.),

Global 1968. Cultural revolutions in Europe and Latin America,

Indiana, University of Notre Dame, 2021, 518 páginas.

 

En 2018, a 50 años del 68, se llevó a cabo en la Universidad de Notre Dame un coloquio que sirvió de base a este libro para pensar en clave global los acontecimientos de ese momento bisagra. A la luz del concepto “revolución cultural”, en cuanto clave interpretativa, esta obra recorre desde las transformaciones en las relaciones de género, la protesta estudiantil y generacional, y los cambios del catolicismo posconciliar y su impacto europeo y latinoamericano, hasta el rechazo a las normas establecidas en las costumbres, las prácticas culturales y la conducta social evidentes en una amplia gama de manifestaciones culturales. Otro de los aportes es una mirada a escala global que atraviesa múltiples geografías, de la Europa occidental a la comunista como si el muro de Berlín no estuviera ahí, así como también diversos escenarios latinoamericanos (entre otros casos, se destacan las experiencias de México, Chile y la Argentina). El libro se completa con los testimonios de partícipes del Zeitgeist del 68 como el cineasta Volker Schlöndorff o el politólogo Ignacio Walker, quienes ofrecen una mirada retrospectiva, tan crítica como ecuánime, en contrapunto con la intervención de Daniel Cohn-Bendit en su libro Forget 68, publicado en el 40° aniversario. Además, Global 1968 cuenta con un destacado abanico de autores como Eric Zolov, Massimo De Giuseppe, Valeria Manzano, Vania Markarian y Michael Seidman, entre otros.

La propuesta, refrescante y ambiciosa, dialoga tanto con la historia global tan en boga como con la preocupación por reponer la contingencia de ciertos momentos cruciales (por ejemplo, con el trabajo de Erez Manela, The Wilsonian Moment). Hasta aquí, pues, nos topamos con una obra que aspira a convertirse en una referencia. Entre otras novedades, también destaca el descentramiento de los Estados Unidos en el 68, quizás uno de los lugares comunes más visibles en los cientos de productos de las industrias culturales que abordan el período, comenzando por la ya clásica Forrest Gump. En efecto, la lupa se corre hacia Europa (oriental y occidental) y América Latina. Sin embargo y a pesar de que el año 1968 se abrió con la ofensiva del Tet, la presencia de Asia es bastante tangencial en el libro, en especial, si la comparamos con la Iglesia católica cuya centralidad en el argumento corre el riesgo de cierto eurocentrismo en desmedro de, por ejemplo, el maoísmo y su entusiasta recepción en Occidente, que aparecen solo lateralmente. Por último, cabe advertir una cierta tensión entre lo global y lo nacional: un importante número de capítulos conserva la mirada atenta a los casos locales que la historia global ha venido a poner en cuestión en lugar de detenerse en las transferencias o la circulación transnacional de experiencias, ideas, prácticas y valores.

Miranda Lida

udesa / conicet

 

Francisco Foot Hardman,

A ideologia paulista e os eternos modernistas,

San Pablo, unesp, 2022, 270 páginas.

 

En coincidencia con las conmemoraciones del centenario de la Semana de Arte Moderno de San Pablo en 1922, Francisco Foot Hardman reúne en este volumen un conjunto de ensayos críticos sobre el movimiento modernista, la vanguardia estético-literaria que desde ese acontecimiento se instaló en el centro de los debates sobre la cultura brasilera. No puede decirse que la iniciativa sea oportunista: los textos agrupados fueron elaborados en un extenso lapso de tiempo, que se remonta en algún caso hasta treinta años atrás. Concebidos para distintos eventos y circunstancias, los escritos reunidos revelan un prolongado asedio a aspectos y figuras del modernismo y de otras estaciones de la tradición intelectual y literaria brasilera de la República Velha y los inicios de la era varguista, un afán persistente que se abre hacia una heterogeneidad de objetos y registros. El volumen se propone anudar esa diversidad subrayando una de las constantes en la producción del autor: la voluntad por interrogar críticamente el relato canónico sobre la centralidad del movimiento liderado por Oswald de Andrade y Mário de Andrade. Tal relato canónico habría traído aparejado una doble oclusión, espacial y temporal: de un lado, reforzando la hegemonía cultural de San Pablo sobre el conjunto del país, a expensas de escritores y formaciones intelectuales de otras regiones (un fenómeno aludido por el autor bajo la fórmula de “ideología de los eternos modernistas”); de otro, colocando a 1922 como un parteaguas que tendió a oscurecer las contribuciones de una saga anterior de intelectuales al proyecto de una modernidad a la brasilera. Así, en varios de los ensayos Foot Hardman ubica a autores dispares como Euclides da Cunha, Raul Pompeia, Graça Aranha, João do Rio o el líder del movimiento obrero nordestino Manuel Querino, como nombres conectados a una constelación de “antiguos modernistas”. Otros ensayos acometen lo que el autor llama “mistificaciones” relativas a las figuras de la Semana del 22, considerando algunas de sus derivas político-culturales. Mientras que el programa antropofágico gozó de una pleitesía que acabó dando una imagen autocomplaciente del poderío del constructo nacional-popular brasilero, en “Adeus, Macunaíma!” Foot Hardman examina otro mito adormecedor, el de las supuestas virtudes asociadas al “héroe sin ningún carácter” del clásico de Mário de Andrade. En suma, aun cuando puedan advertirse algunos efectos de sobreactuación en sus perspectivas críticas, los ensayos elegantes y razonados de Foot Hardman convocan a un saludable examen de los lugares consagrados en la historia intelectual y cultural del continente.

Martín Bergel

unq / unsam / conicet

 

 

Beatriz Colombi (coord.),

Diccionario de términos críticos de la literatura y la cultura en América Latina,

Buenos Aires, clacso, 2021, 556 páginas.

 

El Diccionario de términos críticos de la literatura y la cultura en América Latina, coordinado por Beatriz Colombi, cumple una doble función: primero, la de seleccionar e historizar estos lenguajes conceptuales con criterios específicos; luego, la de reflexionar sobre los usos de dichos términos en la cotidianeidad académica. La reflexión sobre los términos no atañe entonces solo a quienes los acuñaron, sino que también refleja a quienes firman las distintas entradas. Por lo tanto, este no es solo un diccionario que describe y piensa usos de distintos términos, sino que, a su vez, también los usa.

Si bien elaboradas por distintas personas, las entradas comparten un criterio común: un contexto de aparición del término, su presencia desde entonces, su uso actual y una indagación de corte teórico. Sin embargo, ya desde la reconstrucción de cada contexto de acción comienza el uso que cada autor hace de su término. Así, resignificaciones de términos previos como “Calibán” comparten con los distintos ¿neo?logismos que entran en este diccionario no tanto el requerimiento de una definición como el de una interpretación tan histórica como hermenéutica. Quizás sea por eso extensible a todo el Diccionario la categoría de “concepto-metáfora” (retomada en más de una entrada) para hacer evidente que cada inspección de un término en sus usos implica un trabajo complejo entre estos dos dominios, separados y juntos.

Es extensible, asimismo, al uso que el mismo Diccionario hace de sus términos. En el juego entre concepto y metáfora se cifra la potencia rizomática que este libro propicia, ya evidenciado por Colombi en su Introducción al presentar los términos en grupos siempre intersectados. Uno de los grandes aciertos de este proyecto es ese mismo: el género que lo organiza propone una religación de términos tan ajustada como estimulante y así, cada vez que se menciona a uno ajeno a la entrada de turno, se indica: “(v.)”. De hecho, muchos de los términos definidos surgieron y funcionan tramando redes y series –trabajo canónico en el campo–, e.g. “religación”. También se destaca la presencia de términos que designan ciertos períodos que, vinculados entre sí, quedan recontextualizados en un algo más amplio. Podría ser que las distintas articulaciones teóricas tendidas entre términos (como “transculturación”) sean los principios ordenadores de ese algo.

Podría ser también que el Diccionario mismo sea aquel algo: el total vale, por sí mismo, como una entrada más grande a la biblioteca latinoamericanista. La magnitud del proyecto –en extensión, en trabajo crítico y en calidad de autores/as– desafía el corte sincrónico que implica su género al proponerse así como bibliografía ineludible para el uso de mañana.

Juan Abadi

uba

 

Mariana Moraes Medina,

Turistas intelectuales: viaje, política y utopía en María Rosa Oliver y Ezequiel Martínez Estrada,

México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2020, 308 páginas.

 

Inserto en la tradición de los estudios sobre literatura de viajes, este libro se detiene en una de sus modalidades particulares: el viaje político. Una forma de viaje activada por cuestiones ideológicas que la autora estima una fuente relevante para la historia de los intelectuales en tanto permite examinar “la evolución de la función, los dilemas, las representaciones y la relación del intelectual con el poder”
(p. 11). El estudio de Moraes Medina, resultado de su tesis doctoral realizada en la Universidad de Navarra, busca contribuir a ese campo de estudios desde el mirador latinoamericano –más específicamente, argentino– a partir de la indagación sobre los viajes, y sus relatos, de María Rosa Oliver y Ezequiel Martínez Estrada a los Estados Unidos, la Unión Soviética, China, Suiza o Cuba, según corresponda. Figuras claves de Sur, la revista intelectual fundada y dirigida por Victoria Ocampo, ambos escritores representan para la autora una tipología particular de viajeros que contiene pero excede a la vez aquella de los “viajeros intelectuales” formulada por Beatriz Colombi. Para definirla, Moraes Medina acuña el concepto de “turistas intelectuales”, en razón tanto de las condiciones de realización de las experiencias de viaje analizadas en su libro como de lo expresado luego en los testimonios de estas figuras que dotan a sus travesías de elementos específicos.

El libro se estructura en tres secciones: la primera presenta las condiciones de posibilidad de la emergencia del viaje ideológico en Oliver y Martínez Estrada –las tradiciones viajeras sobre las cuales se imprimieron sus viajes políticos, así como la politización del campo cultural argentino entre los años treinta y sesenta que los motorizaron– y, en un segundo momento, se detiene en una “breve historia de la taxonomía viajera”. Allí, Moraes Medina enfatiza la necesidad de incluir dentro de la categoría de “turismo ideológico” no solo a los viajes de izquierda realizados hacia los países del Este, sino también a aquellos que tuvieron lugar dentro del Occidente capitalista y que respondieron, de la misma manera, a motivaciones políticas. Las siguientes dos secciones se concentran, cada una, en una de las figuras retratadas, María Rosa Oliver y Ezequiel Martínez Estrada. Sus obras y trayectorias, sus desplazamientos ideológicos, sus ilusiones y desencantos, sus utopías y compromisos políticos, sus desencuentros y polémicas intelectuales, sus consideraciones sobre el fenómeno peronista, su vinculación con el pueblo y su reflexión sobre el papel del intelectual en la sociedad son solo algunas de las muy productivas cuestiones tematizadas en el libro a partir del análisis de los viajes realizados por estos “turistas intelectuales” en sus recorridos por Oriente y Occidente.

Silvina Cormick
unq / uba

 

Valeria Snitcofsky,

Historia de las villas en la ciudad de Buenos Aires. De los orígenes hasta nuestros días,

Buenos Aires, Tejido Urbano, 2022, 328 páginas.

 

Este libro aborda el problema de la informalidad urbana en un extenso período que se inicia a finales del siglo xix, cuando aún no se empleaba el término villa para designarla, hasta el inicio de la pandemia de coronavirus. Snitcofsky propone un enfoque novedoso porque combina el análisis de la materialidad, la forma y el lugar que ocuparon las villas en la ciudad con la preocupación por cómo se organizaron sus habitantes. La autora reconstruye la organización social surgida en las villas para enfrentar las políticas de erradicaciones y proponer soluciones habitacionales participativas entre 1958 y 1983. Analiza rigurosamente las formas de negociación, confrontación y resistencia que los movimientos villeros establecieron con el Estado y sus agentes.

En este recorrido, se propone abordar cómo ha sido nombrada la informalidad urbana en la Argentina y busca historizar el concepto villa. Desde la primera villa del país, que fue conocida como Villa Desocupación en 1933, el término fue popularizado en la década de 1950 por Bernardo Verbitsky (pp. 58-65) como villa miseria hasta que la palabra villas se consolidó como concepto general, cuando el Estado empezó a intervenir más sistemáticamente sobre la informalidad urbana.

Otro aspecto novedoso del libro es que la autora cuestiona las periodizaciones tradicionales, complejizando las explicaciones existentes acerca de los orígenes de las villas en Buenos Aires. Snitcofsky propone una interpretación original sobre la relación entre el mundo del trabajo y el territorio, temas que la bibliografía ha abordado de manera separada, y señala los profundos vasos comunicantes que existieron entre las fábricas y las villas. El aprendizaje de la resistencia de los delegados gremiales de las fábricas muchas veces surgió en las villas, que funcionaron como un núcleo primario de integración social, con sólidas formas de organización política y con identidades arraigadas que se habían retroalimentado con aquellas adquiridas en los ámbitos laborales (p. 284).

A finales del siglo xx, el surgimiento espontáneo de las ollas populares dio lugar en las villas a los comedores comunitarios que estuvieron subsidiados por el Estado. Se inició así una nueva etapa en la historia política de las villas, marcada por la dependencia de las organizaciones locales de los subsidios estatales para su funcionamiento, proclives al clientelismo político.

El libro es un aporte significativo para el campo de la historia social urbana de la Argentina. Se trata, en definitiva, de una propuesta analítica que da cuenta de la renovación historiográfica de los últimos tiempos y nos invita a interrogar los problemas de la informalidad urbana desde una perspectiva social.

Gabriela Gomes

ungs / conicet

 

 

Andrea Matallana,

Nelson Rockefeller y la diplomacia del arte en América Latina,

Buenos Aires, eudeba, 2021, 228 páginas.

 

Este libro indaga en un conjunto de emprendimientos propagandísticos y estratégicos que Nelson Rockefeller y un grupo de intelectuales de su entorno perfilaron con el propósito de acercar posiciones diplomáticas entre los Estados Unidos y sus vecinos en el contexto conflictivo de principios de la década de 1940.

La autora considera que Rockefeller construyó una política de diplomacia cultural que utilizó el arte “como vehículo” para “crear una imagen del arte norteamericano en los países del sur, y buscó erigirse en agente de la representación del arte latinoamericano en Estados Unidos” (p. 16).

A partir de una exhaustiva revisión de la bibliografía disponible, Matallana dibuja un retrato fidedigno de la trayectoria de una figura tan controvertida como fue la de Nelson Rockefeller y su larga y versátil relación con América Latina. Para la autora, en el marco de la política de Buena Vecindad del presidente Roosevelt, Estados Unidos utilizó diversas tácticas para fortalecer las relaciones hemisféricas, que se tradujeron en acciones culturales de circulación de libros, folletos, imágenes, ideas, producciones artísticas, radiofónicas y cinematográficas que convirtieron a la Oficina del Coordinador de Asuntos Interamericanos (ociaa) en una “usina ideológica” del “imperio informal” estadounidense en la región.

El primer dispositivo usado por los Estados Unidos para acercar posiciones con la región fue lo que Matallana denomina “Exhibir”. Así, la autora repasa las diversas instancias de circulación de obras artísticas que finalmente cristalizaron en la Exposición Latinoamericana de Bellas Artes y Arte Aplicada del museo de Riverside.

El segundo dispositivo fue la “recolección” de obras de artistas plásticos latinoamericanos. Para esta tarea Rockefeller designó a Lincoln Kirstein, quien realizó un largo viaje por América Latina para reunir obras de arte con el objetivo de exponerlas en el Museo de Artes Modernas de Nueva York (moma).

Además de la original tesis, otros dos aspectos son relevantes en el libro. En primer lugar, la escala que aborda; en lugar de limitarse a un caso nacional, Matallana analiza la región en su conjunto, lo que permite la comparación entre diversos países. Esta perspectiva además brinda observaciones sobre algunas dinámicas transnacionales de los intercambios culturales entre los Estados Unidos y los países latinoamericanos. En segundo lugar, es destacable la diversidad de fuentes y documentos analizados, los cuales están detallados en varios anexos.

Fernando Quesada

uncuyo / conicet

 

 

María Cristina Tortti y Mora González Canosa (dirs.); Juan Alberto Bozza (coord.),

La nueva izquierda en la historia reciente. Debates conceptuales y análisis de experiencias, Rosario, Prohistoria, 2021, 316 páginas.

 

Uno de los campos más dinámicos del mundo académico argentino es, sin dudas, el campo de estudios sobre historia reciente. En efecto, con una gran renovación generacional y luego de sortear los escollos que oponían quienes afirmaban que la historia solo podía hacerse sobre el pasado y cuando más remoto mejor, en los últimos años tanto historiadores como sociólogos/as han prohijado un cúmulo de investigaciones que posibilitó el conocimiento de diferentes zonas antes poco exploradas sobre la Argentina. El libro que aquí comentamos se inscribe en esa saga con una obra fundamental.

Fruto de un trabajo señero comandado por una de las figuras más importantes que ha dado la sociología en la Universidad Nacional de La Plata (María Cristina Tortti), es el esfuerzo más profundo y sistemático que se ha llevado a cabo sobre la nueva izquierda y, a la vez, es la contestación más rotunda y seria, por informada, que ha tenido la mirada demonizadora y fetichizada de los años 60.

Es un trabajo profundo que busca tener, en términos de Bourdieu, una precisa vigilancia epistemológica, que vuelve sobre el objeto denominado por ellos “nueva izquierda” para interrogarlo, para mirarlo con diferentes prismas, y quizás lo que es más importante, para preguntarse si está bien o mal el modo en que lo están haciendo, el modo en que lo que están pensando. Por eso a lo largo del texto y sobre todo en las introducciones uno puede encontrarse con la advertencia que afirma que los términos son flexibles, que el acercamiento es exploratorio. Ese recaudo muestra bien el tono en el que se inscribe el trabajo; allí la indagación científica, siempre precaria por definición, cobra toda su dimensión y notoriedad.

Con una presentación a cargo de su coordinador Juan Alberto Bozza, el libro consta de diez trabajos. Algunos se concentran en la cuestión teórica y conceptual del problema, otros en la nueva izquierda a la luz del contexto internacional, más específicamente, en el contexto de la Guerra Fría y su repercusión regional. Otros exploran miradas sobre los estudios de caso y cierran el libro las miradas de algunos protagonistas de los 60 y 70sobre la nueva izquierda una vez terminado el ciclo. Así, esta obra constituye una contribución central al debate sobre el pasado reciente. Como dijimos más arriba, la más seria y sistemática que se encuentre hasta el momento.

José María Casco

unsm / conicet

 

 

Bernd Rother,

Global Social Democracy. Willy Brandt and the Socialist International in Latin America,

Londres, Lexington Books, 2022, 414 páginas.

 

Nunca antes y nunca después el socialismo democrático tuvo tanta influencia como bajo Willy Brandt. Esta premisa de Rother funciona como faro de este libro que se propone explorar, de un modo minucioso, los avatares de la Internacional Socialista (is) en América Latina.

Entre 1976 y 1983 las actividades de la Internacional se globalizaron y se expandieron a “nuevos jugadores” en un proceso de ruptura con el tradicional eurocentrismo. Global Social Democracy da cuenta de los primeros contactos entre los socialdemócratas europeos y los reformistas latinoamericanos, cómo se dieron los vínculos y el paso de la Alianza para la Paz y el Progreso a la Conferencia de Caracas. Repasa la creación, no exenta de dificultades y tensiones, del Comité para América Latina y el Caribe, y revisa lo que denomina los “desafíos latinoamericanos” en tres capítulos que titula: “Nicaragua”, “El Salvador” e “Islas Malvinas / Falklands”.

Lejos de las miradas que enfatizan la exportación de un modelo bajo la égida del imperialismo cultural, el libro de Rother demuestra que si bien hubo un contexto particular sobre el que se montó el interés de la socialdemocracia internacional en América Latina, también hubo interés por parte de los latinoamericanos en esa cooperación. Una cooperación que en el transcurso de esos años no estuvo exenta de cuestionamientos. La incorporación de nuevos miembros hizo repensar cuán elástica podía ser, cuánto a la izquierda o a la derecha podía “estirarse”. Esto generó un interesante debate en la Internacional entre aquellos que defendían la identidad programática y aquellos que fomentaban, como Brandt, la elasticidad de la cooperación. Estas preguntas dominaron la agenda de la Internacional y ocasionaron todo tipo de disputas.

Ya para fines de los ochenta, Rother muestra muy bien, gracias al acceso a una multiplicidad de archivos europeos y latinoamericanos, cómo la Internacional pasó de ser una red de partidos políticos a una red de personalidades. Y así puede afirmar que no solo la socialdemocracia se globalizó en esos años, sino que la propia Internacional puede ser pensada entonces como un intento por construir una sociedad global.

Global Social Democracy se convierte así en un libro necesario que no solo llena un vacío en torno a una figura tan importante y tan poco trabajada como la de Willy Brandt –y en torno a la presencia de la Internacional Socialista en años tan decisivos para América Latina como fueron los de los golpes de Estado, las revoluciones y las democratizaciones–, sino también de la propia historia reciente latinoamericana.

Martina Garategaray

unq / conicet