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Dossier

Las metamorfosis de las Cartas de un granjero americano de Crèvecœur*

Metamorphoses of Crèvecœur’s Letters

of an American Farmer

 

Robert Darnton (1)

 

(1) Harvard University

 

Resumen

Tras recuperar el vasto concepto de traducción que Roger Chartier utiliza en su obra Éditer et traduire, el artículo indaga las metamorfosis que atraviesa un texto impreso cuando pasa por sucesivas ediciones, los cambios que se producen en su formato y los desplazamientos suplementarios de sentido que operan de una versión a otra, sobre todo, cuando se traducen a lenguas diferentes. Para ello, se ofrece aquí un estudio de caso basado en las Cartas de un granjero americano del cartógrafo Michel-Guillaume-Jean de Crèvecœur, una obra escrita en inglés en 1782, traducida por su autor al francés y que, luego, fue transformada a medida que la adaptaba para subsiguientes ediciones francesas. Se trata de una obra que ha tenido una profunda influencia en los estudios norteamericanos puesto que ha sido la primera en ofrecer una versión inaugural de un mito fundamental en los Estados Unidos: el crisol de razas, es decir, la creación de un nuevo pueblo tras el arribo de inmigrantes procedentes de diversas partes de Europa.

Palabras clave: Roger Chartier, Traducción, Crèvecœur, Cartas de un granjero americano, Crisol de razas

 

Abstract

After recovering the vast concept of translation used by Roger Chartier in his work Éditer et traduire, the article explores the metamorphoses that a printed text undergoes when it goes through successive editions, the changes that occur in its format and the additional shifts in meaning that operate from one version to another, especially when translated into different languages. To this end, a case study is offered here based on the Letters of an American Farmer by the cartographer Michel-Guillaume-Jean de Crèvecœur, a work written in English in 1782, translated by its author into French and then transformed as he adapted it for subsequent French editions. It is a work that has had a profound influence on American studies because it was the first to offer an inaugural version of a fundamental myth in the United States: the melting pot, that is, the creation of a new people after the arrival of immigrants from various parts of Europe.

Key Words: Roger Chartier, Translation, Crèvecœur, Letters of an American Farmer, Melting Pot

 

Traducción para Prismas de María Inés Castagnino.

 

Es todo un acierto que Roger Chartier haya empleado el concepto de traducción en su sentido más amplio. Cuando un tipógrafo dispone los tipos, enfatiza Chartier, está traduciendo un manuscrito a una forma impresa que comunica significado en su propio lenguaje. A medida que un texto impreso pasa por ediciones sucesivas, los cambios en su formato producen desplazamientos adicionales de sentido, especialmente, si abarcan un plazo extenso de tiempo, como en el caso de Il Cortegiano de Castiglione (1528). Y además, por supuesto, podemos seguir las reencarnaciones de un texto a medida que pasa por diferentes idiomas. Como suplemento al espléndido Éditer et traduire. Mobilité et matérialité des textes (xvie-xviiiesiècle) de Roger Chartier, me gustaría ofrecer un estudio de caso de un libro escrito en inglés, traducido por su autor al francés y, luego, transformado a medida que lo adaptaba de una edición francesa a otra.[1]

 

 

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El mismo nombre del autor ejemplificó la naturaleza multívoca de la traducción. Nacido en el seno de una familia de la pequeña nobleza de Caen, inició su vida como Michel-Guillaume-Jean de Crèvecœur. A los diecinueve años, emigró a Nueva Francia y se desempeñó como cartógrafo en el ejército francés durante la guerra franco-indígena bajo el nombre de Hector Saint John de Crèvecœur. Luego se mudó a la colonia de Nueva York, se instaló en una granja en el condado de Orange, se casó con una mujer americana y fue padre de tres hijos, haciéndose llamar J. Hector St. John.[2] El libro, publicado originalmente en Londres en 1782 como Letters from an American Farmer [Cartas de un granjero americano], ha tenido una profunda influencia en los estudios norteamericanos porque fue el primero en formular la pregunta “¿qué es un americano?”. Y su respuesta proporcionó la primera versión de un mito que se volvió fundamental para el desarrollo de los Estados Unidos: el crisol de razas, o la idea de que inmigrantes de diferentes partes del Viejo Mundo se estaban fusionando en la creación de un nuevo pueblo.

Crèvecœur había llevado un diario en inglés durante sus años en América. En 1779 regresó a Francia para, según dijo, ver a su padre que estaba enfermo. De paso por Londres, encontró un editor interesado en producir un libro de ensayos a partir del diario. El libro se convirtió en un best-seller enorme porque atraía a un público fascinado por el estilo de vida en la nueva república. Escrito en un inglés sencillo, contenía viñetas de la vida en la frontera, el contacto con los indios y las costumbres en comunidades exóticas, como las de los balleneros de Nantucket y los cuáqueros de Pennsylvania. Del otro lado del océano, revelaba, había una tierra de oportunidades, libre de las restricciones del Viejo Mundo, donde inmigrantes de todos los países y todos los niveles sociales podían, siempre que estuvieran dispuestos a trabajar, buscar fortuna y encontrarla. Ellos eran la respuesta a la pregunta “¿qué es un americano?”. Era cierto que la esclavitud había extendido la miseria en el sur, creando una oligarquía disoluta en ciudades como Charleston, pero había un futuro promisorio para la mayor parte de la población de gente común y trabajadora –como el granjero James, narrador de Crèvecœur–, y el americano por antonomasia.

Cuando llegó a París, Crèvecœur tuvo el patrocinio de Elisabeth Sophie Lalive de Bellegarde, condesa de Houdetot, y de los integrantes de su círculo: aristócratas mundanos y hombres de letras. Madame d’Houdetot había contribuido a establecer la moda de la sensiblerie y se aferró a Crèvecœur como a un alma sin sofisticación que había llegado a su salón directamente desde una tierra salvaje e impoluta.[3] Aunque lo intimidaban semejantes atenciones por parte de una condesa, de quien, además, se creía que había sido el modelo para Julie en La nouvelle Héloïse de Rousseau, Crèvecœur se avino a su campaña para reintroducirlo a la sociedad francesa y, también, para que lo nombraran cónsul francés en Nueva York, cargo que tuvo desde fines de 1783 hasta 1790 (regresó a París con licencia en 1785-1787). Con la ayuda de los escritores del salón de Madame d’Houdetot, en 1784 produjo una “traducción” de su libro, ahora dedicado a Lafayette y publicado en dos volúmenes, cuyo tamaño era más del doble del original. Al no haber hablado más que inglés durante la mayor parte de las dos décadas previas, Crèvecœur no manejaba un francés correcto, literario. Pero sus ayudantes, luminarias de moda como Jean-François de Saint-Lambert, Pierre-Louis de Lacretelle y Guy-Jean-Baptiste Target, le proporcionaron el pulido necesario, junto con pasajes adicionales. Comparando los textos, pueden seguirse las inflexiones del mensaje original de Crèvecœur y localizar nuevos temas insertos para beneficio del público francés.*

La edición francesa seguía a la inglesa en cuanto a celebrar el carácter igualitario de la vida en América, libre de feudos y dominación eclesiástica, pero superaba al original cuando enfatizaba las implicancias políticas del modelo americano. En uno de los muchos pasajes de elogio a los cuáqueros, la edición en inglés decía: “La misma simplicidad caracteriza el culto que rinden a la divinidad”. La traducción al francés lo expresó así: “Tout semble, parmi eux, être analogue à la simplicité du culte qu’ils rendent à l’Etre Suprême; ils ne paient ni dîmes, ni salaires, ni aucuns droits d’Église”.[4] Términos clave como “mœurs” [costumbres] fueron insertos para resaltar las peculiares virtudes de los americanos. Una frase en la edición inglesa describía la sociedad americana como basada en “la salud, la templanza y una gran igualdad de condiciones”. En francés, se convirtió en “la santé, la tempérance, la pureté des mœurs, l’égalité des conditions”.[5] La edición francesa agregó a continuación una oración totalmente nueva: “S’il était posible d’introduire ici, seulement pour un an, les mœurs et les usages européennes, semblables à une vapeur épidémique, elles détruiraient tout”.[6]

En el texto original, los americanos resultaban particularmente virtuosos porque eran yeomen independientes que vivían en contacto diario con la naturaleza. Cualquier inmigrante europeo podía establecer una granja en plena tierra salvaje y, de ahí en más, considerarse igual a cualquier americano. El texto francés enfatizaba el mismo tema, pero le infundía un sentimentalismo de virtudes arcádicas. Crèvecœur amplió dos oraciones prosaicas de la edición en inglés a un soliloquio de dos páginas de su portavoz, el granjero Brown, en la edición en francés. Cuando la versión francesa del granjero entraba en sus campos, prorrumpía con un himno a la tierra, “précieux terrain… la source [des] plus beaux droits”.[7] En la edición en inglés, llevaba a su hijo en el asiento trasero de su arado a los efectos de que el niño se viera “más radiante”. En la francesa, este contacto con la tierra fortalecía físicamente al niño y le hacía pronunciar sus primeras palabras.[8]

En la edición en inglés, Crèvecœur elogiaba el carácter sencillo de la vida familiar americana. En la francesa, celebraba los hábitos domésticos de los americanos como un “nouveau principe” que impregnaba la sociedad y conducía a su expansión. Nuevos pasajes pintaban a las mujeres americanas como fieles, fecundas y ahorrativas, en contraste con la frivolidad e inmoralidad del mujerío europeo: “L’extrême fécondité des femmes de la Nouvelle Angleterre, la chasteté, la simplicité de leurs mœurs, leur conduite sobre et religieuse, ont produit et produisent tous les jours des miracles de population”.[9] En la edición en inglés, el nacimiento de un hijo hacía feliz al granjero Brown. En la francesa, “Cet événement devint pour moi un nouveau lien, et semble ajouter quelque chose au rang que je possédais dans la société. C’est une dette, me dis-je, en partie payée:Je viens de donner un Citoyen à la Patrie, qui me félicitera, en me donnant le nom de père’”.[10]

La edición en inglés indicaba que la “religión natural” se convertiría en una doctrina peculiarmente americana porque los americanos vivían en contacto con la naturaleza, principalmente como granjeros. La edición francesa se hacía eco de esta idea, pero la revestía de sentimentalismo. En ella, un pasaje de dos páginas en inglés, que consistía mayormente en observaciones sobre los hábitos de las aves, se expande a seis páginas de un himno a la naturaleza. Crèvecœur, en la persona del granjero James, cantaba junto con los pájaros, oraba en sus campos y se retiraba a un temple de verduredonde se comunicaba con lo divino: “Tu viens, porté sur les ailes des zéphirs, cette douce haleine de la Nature; déjà tu raisonnes à travers les feuilles qui de toutes parts m’environnent”.[11] Al hablar de educación, el texto en inglés enfatizaba el interés de los americanos en inculcar principios morales a sus hijos. El texto francés expandió esa idea a un relato encomiástico sobre el granjero Brown instruyendo a sus hijos: “Je les mène dans les champs, je leur apprends à penser, à sentir comme moi; je sème dans leurs tendres coeurs les premiers principes de la morale universelle, de la probité, de la rectitude, de la vérité, de lhumanité Jai composé pour eux une prière à Dieu, sous le nom de Père des Cultivateurs.[12]

Dichos pasajes, ausentes en el original, evocaban la Profession de foi dun vicaire savoyardde Rousseau. Iban más allá de la sensiblerie de moda en los salones parisinos y transmitían un mensaje con implicancias políticas al estilo de Rousseau. En 1787, Crèvecœur publicó otra edición del texto francés, ahora ampliado a tres volúmenes. El tercer volumen, casi totalmente nuevo, contenía el relato de un grupo de europeos que discutía sobre la naturaleza de la sociedad en una taberna americana. Uno había emigrado para evitar las guerras monárquicas; otro, de loppressive tyrannie de nos seigneurs propriétaires; otro, de la persecución religiosa, y otro, del carácter inhumano de la vida urbana. Decidían evitar esos males dando forma a su propia sociedad, “Socialburg”, a partir de la naturaleza. Acordaban planes para hacer viviendas, caminos, una escuela, una iglesia y, sobre todo, se comprometían con principios básicos: virtudes agrarias (“Honorez la charrue”), igualdad (Regardez-les comme tous égaux par la naissance), una religión civil deísta (la base de la société doit être fondée sur le culte que nous devons à lEtre suprême), y el espíritu social de lunion fraternelle”.[13] La Socialburg se manejaría como la democracia directa idealizada por Rousseau y se basaría en un contrato social explícito. Cada inmigrante daba fe de su compromiso con un brindis y, al día siguiente, firmaban el contrato compuesto por diecisiete artículos.[14]

No hay que descartar este episodio como una fantasía literaria porque la retórica de las Lettres d’un cultivateur américain, por extravagante que parezca hoy, se tiñó de realidad en 1787. El 2 de enero de ese año, Crèvecœur se reunió con tres amigos que pronto se convertirían en revolucionarios, Jacques-Pierre Brissot, Étienne Clavière y Nicolas Bergasse, y juntos fundaron una “Sociedad Galo-Americana”. Se reunieron, habitualmente una vez por semana, hasta el 3 de abril, cuando su participación en la crisis política los obligó a dispersarse.[15] En octubre, Brissot, Clavière y algunos otros entusiastas de América se asociaron para invertir en tierras americanas que Crèvecœur, de vuelta a su consulado en Nueva York, compraría para ellos.[16] Financiado por Clavière, Brissot viajó a América unos meses después. Su correspondencia muestra que tenía la intención de establecerse allí junto con su cuñado, François Dupont, quien emigró a Pensilvania en 1789.[17] Los galo-americanos tenían serias intenciones de establecer la Socialburg, o una “Aldea social” [Social Borough], como lo llamó Crèvecœur en una carta anterior.[18] El proyecto nunca despegó porque intervino la Revolución francesa. Si lo hubiera hecho, habría sido la traducción definitiva del libro de Crèvecœur.

 

Bibliografía citada

Allen, Gay Wilson y Roger Asselineau, St. John de Crèvecœur. The Life of an American Farmer, Nueva York, Viking, 1987.

Brissot, Jacques-Pierre, Mémoires (1754-1793), publicadas con un estudio crítico y notas de Claude Perroud, París, Librairie Alphonse Picard & Fils, 1911.

______, Correspondance et papiers, précédés d’un Avertissement et d’une Notice sur sa Vie, ed. Claude Perroud, París, Librairie Alphonse Picard & Fils, 1912.

Castiglione, Baldassarre, Il libro del Cortegiano, edición al cuidado de Nicola Longo y Amedeo Quondam, Milán, Garzanti, 1981 [trad. esp., entre muchas otras, de Mario Pozzi: El cortesano, Madrid, Cátedra, 2003].

Chartier, Roger, Éditer et traduire. Mobilité et matérialité des textes (xvie-xviiie siècles), París, Éditions de l’ehess-Gallimard-Seuil, “Hautes Études”, 2021.

Creve Cœur, St. John de, Lettres dun cultivateur américain adressées à W.m S… on, Esqr., depuis l’année 1770 jusqu’en 1786, 3 vols., París, Chez Cuchet Librairie, 1787.

Crèvecœur, J. Hector St. John de, Lettres d’un cultivateur américain, écrites à W. S., écuyer, depuis l’année 1770 jusqu’à 1781, traduites de l’anglois par ***, París, Chez Cuchet Librairie, 2 vols., 1784.

Crèvecœur, Robert de, Saint John de Crèvecœur, sa vie et ses ouvrages (1735-1813) avec les portraits de Crèvecœur et de la Comtesse D’Houdetot, París, Librairie des Bibliophiles, 1883.

Darnton, Robert Choate, Trends in radical propaganda on the eve of the French Revolution (1782-1788), Oxford, Trinity Term, Nuffield College, Universidad de Oxford, Tesis doctoral inédita,1964.

Mitchell, Julia Post, St. Jean de Crèvecœur, Nueva York, Columbia University Press, 1916.

Rice, Howard C., Le Cultivateur américain. Étude sur l’œuvre de Saint John de Crèvecœur, París, Honoré Champion, 1933.

Rousseau, Jean-Jacques, “Julie, ou La Nouvelle Héloïse”, en Œuvres complètes ii, edición publicada bajo la dirección de Bernard Gagnebin y Marcel Raymond con la colaboración de Henri Coulet, Charles Guyot y Jacques Scherer, París, Gallimard, Bibliothèque de la Pléiade, 1961, pp. 1-793 [trad. esp., entre muchas otras, de Lydia Vázquez: La nueva Eloísa, Madrid, Cátedra, 2013].

St. John, J. Hector de, Letters from an American Farmer; describing certain provincial situations, manners, and customs, not generally known; and conveying some idea of the late and present interior circumstances of the British colonies in North America, written for the information of a friend in England, Londres, Printed for Thomas Davies in Russel Street Covent-Garden, and Lockyer in Holborn, 1782.



[1] El siguiente informe se basa en la investigación que hice para mi tesis de doctorado inédita en la Universidad de Oxford, Trends in Radical Propaganda on the Eve of the French Revolution, 1782-1788 (1964), en la que hay una extensa bibliografía de las fuentes que utilicé. El libro de Chartier mencionado es: Éditer et traduire. Mobilité et matérialité des textes (xvie-xviiie siècles), París, Éditions de l’ehesS-Gallimard-Seuil, “Hautes Études”, 2021.

[2] Sobre la complicada vida de Crèvecœur (quien no apoyó a los revolucionarios americanos, en tanto que su esposa y su familia eran realistas), véase, Julia Post Mitchell, St. Jean de Crèvecœur (1916), Robert de Crèvecœur, Saint John de Crèvecœur, sa vie et ses ouvrages, 1735-1813 (1883), Howard C. Rice, Le Cultivateur américain (1933) y Gay Wilson Allen y Roger Asselineau, St. John de Crèvecœur. The Life of an American Farmer (1987).

[3] En sus memorias, Jacques-Pierre Brissot se refirió al patrocinio de Crèvecœur por parte de Mme d’Houdetot de la siguiente manera: “Orgullosa de poseer un salvaje americano, quería entrenarlo y lanzarlo al gran mundo”. Cf. Jacques-Pierre Brissot, Mémoires (1754-1793), publicadas con un estudio crítico y notas de Claude Perroud, París, Librairie Alphonse Picard & Fils, 1911, vol. ii, p. 48.

* Cf. la reimpresión facsimilar en dos volúmenes, publicada por Slatkine Reprints de Ginebra y Honoré Champion de París en 1979 con una presentación de Guillaume de Bertier de Sauvigny bajo el título Lettres d’un cultivateur américain, 1784 [N. del E.].

[4] “Todo entre ellos parece ser análogo a la sencillez del culto que rinden al Ser Supremo; no pagan ni diezmos, ni salarios, ni cuota eclesiástica alguna”. Cf. J. Hector St. John, Letters from an American Farmer; describing certain provincial situations, manners, and customs, not generally known; and conveying some idea of the late and present interior circumstances of the British colonies in North America, written for the information of a friend in England, Londres, Printed for Thomas Davies in Russel Street Covent-Garden, and Lockyer in Holborn, 1782, p. 191 y J. Hector St. John de Crèvecoeur, Lettres d’un cultivateur américain, écrites à W. S. [William Seton], écuyer, depuis l’année 1770 jusqu’à 1781, traduites de l’anglois par ***, París, Chez Cuchet Librairie, 2 vols., 1784, vol. ii, p. 180.

[5] “La salud, la templanza, la pureza de las costumbres, la igualdad de condiciones”.

[6] “Si fuera posible introducir aquí, solo por un año, los usos y costumbres europeos, estos, como un vaho epidémico, lo destruirían todo”. Cf. J. Hector St. John, Letters from an American Farmer, p. 148, y J. Hector St. John de Crèvecœur, Lettres d’un cultivateur américain, vol. ii, p. 128.

[7] “Preciosa tierra… fuente de los más bellos derechos”.

[8] Letters from an American Farmer, p. 52 y Lettres d’un cultivateur américain, vol. i, pp. 49-58.

[9] “La extrema fecundidad de las mujeres de Nueva Inglaterra, su castidad, la sencillez de sus costumbres, su conducta sobria y religiosa han producido y producen a diario milagros de población”.

[10] “Este acontecimiento se convirtió para mí en un nuevo vínculo y parece añadir algo al rango que yo poseía en la sociedad. Es una deuda, me digo, en parte saldada: ‘Acabo de dar un Ciudadano a la Patria, que me felicitará dándome el nombre de padre’”. Cf. Letters from an American Farmer, p. 24 y p. 162 y Lettres d’un cultivateur américain, vol. i, p. 52 y p. 54 y vol. ii, p. 145.

[11] “Vienes transportado en las alas de los céfiros, dulce aliento de la Naturaleza; ya discurres entre las hojas que me rodean por todas partes”.

[12] “Los llevo al campo, les enseño a pensar, a sentir como yo; siembro en sus tiernos corazones los principios primeros de la moral universal, de la probidad, de la rectitud, de la verdad, de la humanidad... He compuesto para ellos una oración a Dios, bajo el nombre de Padre de los Agricultores”. Cf. Letters from an American Farmer, pp. 38-40 y Lettres d’un cultivateur américain, vol. i, pp. 71-77.

[13] “Honrad el arado”, “Consideradlos [a todos los hombres] iguales por nacimiento”, “la base de la sociedad debe fundarse en el culto que debemos al Ser Supremo”, “la unión fraterna”.

[14] St. John de Creve Cœur, Lettres dun cultivateur américain adressées à W.m S… on, Esqr., depuis l’année 1770 jusqu’en 1786, 3 vols., París, Chez Cuchet Librairie, 1787, vol. iii, carta 5.

[15] Las actas de la Sociedad Galo-Americana están publicadas en J.-P. Brissot, Correspondance et papiers, précédés d’un Avertissement et d’une Notice sur sa Vie, ed. Claude Perroud, París, Librairie Alphonse Picard & Fils, 1912.

[16] Archives Nationales, site de Paris, Papiers d’Étienne Clavière, T* 646. 3, s/n.

[17] François Dupont a Jeanneret, 15 de marzo de 1789 y Madame Dupont a François Dupont, 19 de enero de 1790, en J.-P. Brissot, Correspondance et papiers, pp. 217-219 y p. 248. Cf. también François Dupont a Étienne Clavière, 10 de enero de 1789, en Papiers d’Étienne Clavière, T* 646. 3, s/n. Cf. la Notice sur la vie de Brissot de su amigo cercano, Jéme Pétion de Villeneuve, en J.-P. Brissot,moires, vol. ii, p. 368, quien confirma que Brissot tenía serias intenciones de emigrar a América: “Él [Brissot] había resuelto instalarse en Pensilvania, le había escrito a su cuñado al respecto; había hecho arreglos con él”.

[18] Crèvecœur al duque de La Rochefoucauld, 19 de enero de 1784, Colección Clerc de Landresse, Bibliothèque municipale de Mantes.