Natalia Milanesio,

Destape: Sex, Democracy, and Freedom in Postdictatorial Argentina,

Pittsburgh, Pa., University of Pittsburgh Press, 2019, 326 páginas

El último libro de Natalia Milanesio, Destape (en español: Destape: sexo, democracia y libertad en la Argentina postdictatorial), se inscribe dentro de la creciente literatura en historia reciente.[1] Esta corriente historiográfica ha dado lugar a importantes trabajos sobre distintos aspectos de la cultura y la política argentinas de las últimas décadas del siglo xx.[2] Contribuyendo a esta área de estudios con un trabajo sólidamente documentado y estructurado, Milanesio, profesora de historia la Universidad de Houston, ofrece en su libro una historia en la sexualidad en la Argentina durante los años de la transición a la democracia, iniciada en 1983, un período que, como bien señala la autora, no ha recibido tanta atención en la academia como la década
del setenta.

Si bien el libro tiene como eje temático la sexualidad, el concepto central que articula todo el texto es el del destape. Tomado del léxico común de la época, la autora define este término como una “avalancha de imágenes sexuales y narrativas caracterizadas por imágenes y discursos más explícitos sobre sexo y el cuerpo” (p. 6). El “destape” designa así el modo particular en que los discursos sobre la sexualidad afloraron a partir de la transición, luego de siete años de dictadura militar. El vocablo sugiere, al mismo tiempo, un contraste temporal que irá estructurando los cinco capítulos del libro: por un lado, la época de la dictadura, signada por la represión sistemática ejercida por el régimen autoritario y, por otro lado, la época de la transición a la democracia, caracterizada como un proceso de rápida apertura, liberalización y democratización, que dejó atrás las prácticas censoras y que sentó las bases para que una serie de discursos reprimidos sobre la sexualidad salieran a la luz. Así, el destape se configura como un concepto clave que no solo remite a la sexualidad, sino también a un proceso histórico particular. A través de los cinco capítulos en que se divide el libro, Milanesio traza una topografía del destape en la Argentina durante la década del ochenta, enfocándose en determinadas áreas en que la nueva actitud sobre la sexualidad se expresó de manera prominente: los medios de comunicación, la producción cultural, el auge de la sexología, la educación sexual y, por último, los movimientos feminista, gay y lesbiano.

El primer capítulo ofrece un detallado contexto histórico del período comprendido por la dictadura (1976-1982) y la transición (1983) y un análisis del rol de los medios de comunicación en relación con el destape. La dictadura impuso controles estrictos a la prensa, justificando sus acciones con un discurso defensor de los “valores fundamentales de la moral cristiana” contra “las ideologías subversivas” (p. 28). En última instancia, esto conllevó que numerosos medios de comunicación ejercieran la autocensura (como en el caso del semanario Humor) o directamente cerraran sus puertas (como la revista Satiricón, ejemplo de una publicación de humor sexual) a fines de los setenta. De este modo, Los discursos sobre el sexo estuvieron particularmente sujetos a la censura del Estado, ya que atentaban contra “el estilo de vida cristiano” (p. 28).

A partir de 1981–año en
que comenzó el declive político del régimen– y sobre todo luego de las elecciones presidenciales de 1983, el proceso de liberalización y democratización condujo a una “explosión erótica” sin precedentes (p. 37). Milanesio reconstruye cuidadosamente cómo revistas de distinto tipo, desde publicaciones de mujer (Para Ti o Mujer 10) hasta periódicos de gran tirada (La Nación o Página/12) comenzaron a tratar temas de sexualidad en sus páginas de un modo inusitado. Incluso aparecieron revistas dedicadas exclusivamente al sexo y a la gráfica sexual, como Hombre, Sex Humor, Eroticón o Destape, entre otras. La autora analiza el rol de dichas publicaciones en la visibilización de discursos e imágenes relacionadas con la sexualidad y temas aledaños, desde la pornografía hasta la ley de divorcio. El capítulo concluye con un argumento central del libro, según el cual “el destape fue al mismo tiempo causa y efecto de la democratización” (p. 63). En otras palabras, el destape no hubiera sido posible sin ese proceso de rápida democratización que caracterizó al año 1983, pero a su vez este fenómeno contribuyó al proceso de apertura, liberalización y modernización de la época, en tanto visibilizó un tema tradicionalmente reprimido. Ahora bien, Milanesio matiza esta primera caracterización del destape a lo largo de los siguientes cuatro capítulos, indagando acerca de las contradicciones y omisiones del proceso democratizador en relación con la sexualidad. Porque, si bien el destape condujo a una mayor apertura acerca de lo que se podía mostrar y decir sobre el sexo, este no estuvo falto de omisiones, silencios y prejuicios.

En el segundo capítulo Milanesio pormenoriza el análisis del destape en la producción cultural de la transición analizando avisos publicitarios, películas, revistas y programas televisivos. La autora adelanta desde las primeras páginas del capítulo una tesis central de su estudio al proponer que “la imagen icónica del destape fue la de una mujer semi-desnuda” (p. 65). En efecto, las imágenes que se “destaparon” en la cultura mainstream correspondieron sobre todo a una idea hipersexualizada y comodificada del cuerpo de la mujer y a un punto de vista masculino y heterosexual. El destape, según la autora, “objetivó a las mujeres” y, al mismo tiempo, “borró el deseo sexual entre personas del mismo sexo, reproduciendo componentes centrales de la cultura sexual tradicional” (p. 65). Este argumento se justifica a través de un pormenorizado análisis de discursos públicos como los avisos publicitarios, donde proliferaron imágenes de mujeres desnudas, o los programas de humor televisivos, como los conducidos por Jorge Porcel y Alberto Olmedo, donde las actrices-modelos aparecían casi siempre semi-desnudas y eran objeto de las miradas y conductas lascivas de los hombres.

Aunque algunas revistas, películas y programas de televisión abordaron temas de sexualidad femenina o, en menor medida, de homosexualidad, las minorías sexuales fueron sin duda las grandes ausentes del destape. La autora presenta con inteligencia esta tensión del proceso analizado en su libro al señalar que no se trató de una “democratización del deseo absoluta y sin restricciones”, sino que estuvo “plagado de las inequívocas tensiones de un momento transicional que pretendió una ruptura total con el pasado pero que no pudo rechazar totalmente su legado” (p. 110).

Los siguientes capítulos,
el 3 y el 4, podrían pensarse en conjunto, dado que se enfocan en dos áreas del destape relacionadas entre sí: el “boom” de la sexología y la educación sexual. A través del análisis de trayectorias individuales y de un trabajo de archivo exhaustivo centrado en determinadas asociaciones dedicadas a la sexología y a la educación sexual, Milanesio analiza con detalle los avances, los retrocesos y las tensiones que se dieron en estas áreas. Si bien hubo una mayor profesionalización y un desarrollo significativo de la sexología, la educación sexual en la Argentina a partir de la transición se encontró con límites políticos y culturales muy concretos. El “boom” de la sexología fue bien recibido por los medios de comunicación, lo que conllevó que los terapeutas sexuales pudieran diseminar su saber y disipar concepciones erróneas sobre la sexualidad. Al mismo tiempo, como se señala en el capítulo 4, se crearon diversas instituciones que ofrecían servicios de planificación familiar y abogaban por la inclusión de la educación sexual en los currículums escolares. Sin embargo, estos reclamos fueron desatendidos por el gobierno que, si bien derogó un número de decretos que prohibían la planificación familiar, no mostró voluntad de implementar programas de educación sexual en las escuelas.

El último capítulo del libro hace hincapié en el feminismo y los movimientos gay y lesbiano. Mayoritariamente estigmatizados por la opinión pública, estos grupos abogaron por la expansión de derechos, tales como el del aborto en el caso del feminismo y la unión civil en el caso del movimiento gay. Aquí Milanesio se detiene también en algunas trayectorias individuales importantes, tales como la de las feministas María Elena Oddone y María Luisa Bemberg, o el activista gay Carlos Jáuregui, entre otros. Estas figuras jugaron un rol fundamental en la visibilización de las minorías sexuales, la sexualidad femenina y el feminismo, desafiando las ideas conservadoras que aún en la transición se encontraban fuertemente arraigadas en la sociedad.

Es interesante señalar que en estos últimos tres capítulos se analiza cómo la sexualidad fue inscripta –tanto por la sexología y los educadores sexuales como por el feminismo y los movimientos gay y lesbiano– dentro del lenguaje de los derechos humanos, un lenguaje intrínsecamente asociado al modo particular en que se dio la transición a la democracia en la Argentina. En el último capítulo se presenta un análisis de cómo las distintas sexualidades, no solo la heterosexual, se pensaron como parte del repertorio de derechos humanos que el Estado debía respetar y hacer respetar desde una perspectiva sanitaria y educativa. Milanesio documenta detalladamente cómo estos movimientos debieron enfrentar numerosos obstáculos,  y no siempre lograron sus objetivos, ya que los partidos políticos, el gobierno y la izquierda partidaria fueron reacios a adoptar sus reclamos. La Iglesia Católica, por su parte, fue activamente opositora a estos movimientos, rechazando activamente la educación sexual en las escuelas, el uso de contracepción y los programas de planificación familiar.

En síntesis, Destape es un libro fundamental en el área de estudios de historia reciente de la Argentina en tanto traza un exhaustivo mapa de la sexualidad en la cultura argentina de la posdictadura. A través de un cuidadoso análisis de archivos, revistas, folletos, periódicos y entrevistas, el trabajo de Milanesio ofrece una inédita historia de la sexualidad argentina en los ochenta. Logra complejizar el fenómeno del destape mostrando que, si bien la euforia de la transición produjo efectos liberalizadores y democráticos, también tuvo sus límites. Como señala Milanesio, existieron prejuicios extremadamente arraigados en la sociedad argentina que persistieron aun luego de 1983: a la activa militancia de la Iglesia Católica contra los diversos destapes se sumaron los prejuicios contra los gays, las lesbianas y las personas trans, las dificultades políticas en implementar políticas públicas de educación sexual y planificación familiar, y un prevalente rechazo al feminismo y sus ideas.

En última instancia, este importante trabajo también complejiza la idea de la transición a la democracia como un proceso unívoco
y de quiebre completo con el pasado. Si bien el pasaje del período dictatorial a la democracia significó un cambio radical en tanto puso fin a la censura y la represión y creó expectativas de construcción de un estado moderno e inclusivo, las minorías sexuales siguieron sufriendo una constante estigmatización y el discurso
de los expertos que propusieron implementar programas de educación sexual y de salud sexo-reproductiva encontraron más obstáculos que facilidades por parte del Estado. Desde la perspectiva del 2021, a pocos meses de aprobada la ley de interrupción legal del embarazo en la Argentina y de lo que podríamos llamar con Milanesio un inusitado “destape” feminista en el último lustro, la historia de los ochenta parece lejana y, a la vez, fundante de nuevas maneras de entender la sexualidad en la Argentina.

Sofía Mercader

Universidad Nacional Autónoma de México



[1] Destape ha recibido diversos premios y distinciones en 2020, entre los cuales se destaca el premio a mejor libro de humanidades en el área de estudios del Cono Sur, otorgado por la Latin American Studies Association.

 

[2] Algunos trabajos destacados en esta área, entre muchos otros, son Valeria Manzano, La era de la juventud en Argentina: cultura, política, y sexualidad desde Perón hasta Videla, Buenos Aires, fce, 2017; Sebastián Carassai, Los años setenta de la gente común, Buenos Aires, Siglo xxi, 2014 y Marina Franco, El final del silencio: dictadura, sociedad y derechos humanos en la transición (Argentina, 1979-1983), Buenos Aires, fce, 2018; Isabella Cosse, Mafalda: historia social y política, México, df, 2014.