Flavia Fiorucci y José Bustamante Vismara (eds.),

Palabras claves en la historia de la educación argentina,

Buenos Aires, Unipe, 2019, 315 páginas

Palabras claves en la historia de la educación argentina, editado por Flavia Fiorucci y José Bustamante Vismara, se inscribe en el género de los libros organizados como una sucesión de voces en orden alfabético, comúnmente llamados diccionarios. Este género suele reunir a múltiples especialistas para condensar gran cantidad de información en pocas palabras, con cierta profundidad analítica, sobre un campo de conocimiento. Lo fructífero del género para obras de historia, una disciplina contada generalmente en forma narrativa, se puede apreciar en los dos tomos del Diccionario político y social del mundo iberoamericano, coordinados por Javier Fernández Sebastián (2009, 2014), el Dictionnaire des concepts nómades en Sciences Humaines editado por Olivier Christin  (2010, 2016), y, específicamente en la historia de la educación, el Historisches Wörterbuch der Pädagogik, coordinado por Dietrich Brenner y Jürgen Oelkers (2010), el Diccionario de historia de la educación en México, coordinado por Luz Elena Galván (2002)[1] y el Dictionary of Educational History in Australia and New Zealand, obra en línea iniciada en 2013.[2]

La obra no se titula “Diccionario” sino “Palabras claves”, con lo que sus editores dan la idea de que la selección de palabras no pretende ser exhaustiva –solo las palabras que consideran “clave”– y que su tratamiento no será tan estandarizado como sugiere el significante diccionario. Las voces son de extensión y profundidad variable, deliberadamente se excluyen entradas biográficas y la selección incluye solo temáticas de la educación elemental. Los editores afirman que sus principales fuentes de inspiración para la obra fueron Keywords: A Vocabulary of Culture and Society de Raymond Williams (1976, 1983), de donde tomaron el título, y Términos críticos de sociología de la cultura, de Carlos Altamirano (2002). También reconocen influencia del Dictionary of Educational History in Australia and New Zealand, un diccionario cuya peculiaridad es que fusiona en un solo índice, con hipervínculos, las entradas para ensayos a profundidad (entries) con las palabras que denotan cosas, temas y personas mencionados en ellos (keywords), lo que permite distintos tipos de consultas.

En realidad, el libro no se parece mucho a Keywords ni a Términos críticos: no pretende rastrear cambios en los usos de las palabras comunes de la historia de la educación ni se propone explicar las categorías analíticas del campo como hace el segundo. Tampoco es un diccionario de conceptos, pues las “palabras claves” elegidas tienen distinto grado de especificidad. Más bien, a mi juicio, se trata de un útil vademécum, un compendio fácil de usar y de transportar (etimológicamente, “vademécum” remite a la expresión “ven conmigo”) de datos y temas de la educación argentina tratados en perspectiva histórica. Es un libro que pretende mostrar la historicidad de los problemas, los dispositivos, las instituciones,  y la normatividad de la educación básica en la Argentina. Se parece más al Dictionary of the Educational History in Australia and New Zealand en el hecho de que la mayoría de sus entradas son palabras tomadas de los propios procesos educativos y no construcciones analíticas sobre ellos.

Fiorucci y Bustamante son historiadores, miembros del Conicet, adscritos al Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Quilmes y al Departamento de Historia la Universidad Nacional de Mar del Plata respectivamente. Muy meritoria es su capacidad de reunir a 60 historiadores, sociólogos, antropólogos y expertos en ciencias de la educación para escribir las 67 voces que componen la obra. Se puede mencionar a Carlos Suasnábar, Pablo Pineau, Myriam Southwell, Sandra Carli, Nicolás Arata, Mariano Narodowski, Inés Dussel, Lucía Lionetti, Laura Graciela Rodríguez, Luis Garcés, Pablo Scharagrodsky, Lidia Rodríguez y Héctor R. Cucuzza, entre muchos otros.

La mayoría de las “palabras claves” son temas que han atravesado la educación argentina durante el último siglo y medio: entre otras, “Estado y educación”, “educación rural” “analfabetismo”, “curriculum”, “trabajo y educación”, “normalismo”, “juego”, “estadística”, “laicismo y educación católica”, “educación física”, “violencia y escuela”, “educación sexual”. Otras, como “prensa”, “editoriales”, “archivo” y “organismos multilaterales”, se aplican específicamente a su relación con lo educativo. Otras voces designan a sujetos de los procesos de la educación –“director”, “auxiliares”, “inspectores”, “preceptor, maestro, docente”, “Ministerio y ministros de la educación”– o a dispositivos de las instituciones escolares –“cooperadora”, “sumario”, “biblioteca” “tecnología escolar”, “textos escolares”–.  Algunas entradas son categorías más abstractas desde las cuales se mira la educación –“alteridad”, “cuerpo”,“tiempo y escuela”, “género”– mientras que otras son ensayos reflexivos del campo disciplinario, como “pedagogía y ciencias de la educación” o “historia de la educación”. Algunas voces, como “escolarización”, tienen una mayor profundidad teórica; otras,  una mayor densidad histórica, como “ciudadanía”, “escuela pública”, “infancia” o “normalismo”.  Hay entradas que tienen un carácter aclaratorio muy útil por lo compendioso: “legislación”, “burocracia educativa” y “modalidades de escuelas”, entre otras. De manera inevitable, los contenidos de las distintas voces a menudo se solapan entre sí: “cooperadora” con “familias, escuelas y Estado”, o esta última con “Estado y educación” y con “educación privada”; asimismo, “laicismo y educación” se relaciona con “educación confesional” y con “minorías religiosas”, y “fotografía” lo hace con “representaciones de la escuela”. Hubiera convenido hacer referencias entre las entradas que están relacionadas para enriquecer la lectura y evitar las repeticiones excesivas. 

En términos de la selección y el contenido de las voces, Palabras claves es un indicador del estado del arte de la historiografía de la educación argentina. Al tiempo que muestra la diversidad de enfoques y temáticas que se han desarrollado en este campo en los últimos tiempos, con entradas que tienen que ver con género, alteridad, educación indígena, educación de adultos, cuerpo, arquitectura y fotografía escolar, también muestra algunas de sus persistencias dominantes. Con notables excepciones (“Preceptor, maestro, docente”), en el libro predomina la noción de que la historia de la educación argentina inicia con la fundación del sistema educativo nacional en la Ley Nº 1420 del año 1884  (con el antecedente de la gestión de Sarmiento en el Departamento de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires en la década de 1850). En relación con esa primera premisa, prevalece el estatocentrismo –la educación es vista como algo “inherente al Estado”– (p. 157). Pese a que hay entradas para “educación privada”, “educación confesional” y “familias, escuelas y Estado”, en la obra predomina la noción de que no hay historia de la educación posible fuera del análisis de las disposiciones estatales y sus implicaciones. Semejante estatocentrismo, que es común pero no exclusivo en la historia de la educación en general, explica porqué hay tan pocas entradas sobre la historia social de la educación, la historia material de la escuela o la de la formación fuera de la escuela. Con excepción de “textos escolares”, “tiempo escolar”, “tecnología escolar” y “vestimenta” (los tres últimos escritos por la misma autora, Inés Dussel), no hay entradas para eso que ha estructurado la vida de los niños durante al menos dos siglos en su experiencia educativa, como serían, por ejemplo, “patio”, “pizarrón” (estas dos aparecen mencionadas como ejemplos en “Tecnología escolar”), “grado”, “pupitre”, “recreo”, “exámenes”, “memorización”, “cuaderno”, “castigo” (el castigo es apenas mencionado en “violencia”). La entrada “juego” se refiere a las prescripciones y teorizaciones sobre el juego y no a aquello que jugaban los niños en el pasado.

Del estatocentrismo deriva la centralidad que tienen las leyes en esta historia de la educación argentina: la Ley Nº 463 de Subvenciones Nacionales (1871) que daba asistencia a las provincias para promover la expansión de la educación primaria, la Ley Nº 1420 de Educación Común de 1884 que establecía la enseñanza pública, obligatoria, gratuita y laica en Buenos Aires y en los Territorios Nacionales, y la Ley Nº 4874 (Láinez) de 1905 que permitía a la nación fundar escuelas nacionales en las provincias son las principales protagonistas del libro. Asimismo, hay un centralismo en esta historia de la educación que apenas considera que lo que ocurría en las provincias podría tener tiempos, ritmos, resistencias y desarrollos propios, o que preste atención a los conflictos jurisdiccionales entre las normas nacionales y las provinciales. Excepciones notables son las voces “laicismo y educación católica” y “legislación”. 

Palabras claves funciona muy bien como obra de referencia para todo tipo de lectores –docentes, especialistas e interesados en educación, historiadores de la educación de otros países– además de que cada entrada tiene una bibliografía significativa que invita a profundizar más. También funciona como una breve historia de la educación argentina en fragmentos: se puede leer de corrido de principio a fin, salteando entre temas o buscando relaciones entre ellos. Su estructura permite construir relaciones de temporalidad distintas a las que permite una estructura narrativa convencional. Por una parte, nos permite reducir el abismo entre el pasado y el presente en nuestra comprensión de la historia educativa: partiendo de palabras que se usan para describir el presente de la educación, para luego mirar cómo eso ha ido cambiando en una perspectiva de larga duración, podemos entender mejor el devenir de un tema y las disputas políticas y sociales por su sentido. 

Por otra parte, una lectura de ese tipo nos permite construir un alejamiento del pasado que creíamos igual o parecido al presente y así entender su especificidad. Sin embargo, esto el libro lo hace menos bien. La valiosa historización de los temas de la educación argentina no viene acompañada por una historización del lenguaje –que es lo que caracteriza a Keywords de Raymond Williams o a los diccionarios de conceptos–. Voces como “analfabetismo”, “curriculum”, “alteridad” o, hasta cierto punto, “escuela pública” son tratadas como temas o problemas constantes a lo largo de la historia, como si lo que cambiara es lo que está alrededor de ellas, no su sentido “real”. Se pasa por alto, por ejemplo, que la palabra “analfabetismo” no se acuñó sino hasta fines del siglo xix como producto de una categoría de clasificación censal de la población, y que por tanto no es un proceso asimilable a escolarización y tiene otros derroteros semánticos. Tampoco hay un acercamiento a la historicidad del concepto “público” adherido a “escuela pública”. La escuela pública es tratada como todo aquello que se refiere al sistema de educación estatal. Sin embargo,  lo “público” durante el siglo xviii y buena parte del xix se refería principalmente a lo que tenía que ver con el pueblo (pagada por fondos del pueblo) o que era abierto al pueblo, y solo a partir de la consolidación de los estados nacionales hacia la segunda mitad del siglo xix adquirió su significado de “estatal”. Así, la voz “escuela pública” incorpora por lo menos dos tipos de sentidos de lo público, y es partir de eso que se puede entender no solo su valorización actual, sino también lo que parecería una aberración conceptual del tercer peronismo: la “educación pública no estatal” (p. 167).

Ciertamente, no era la intención de los editores hacer un diccionario histórico de conceptos educativos (hubieran encontrado muy pocos especialistas), y prestar atención a la historicidad del lenguaje no es práctica común en la historia de la educación general. Sin embargo, este tipo de trabajos apuntan hacia esa dirección. En mi opinión, Palabras claves es tanto una obra de referencia como un punto de partida para descubrir nuevos retos historiográficos y posibilidades de investigación.

Eugenia Roldán Vera

Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, México



[1] Disponible en < https://www.unamenlinea.unam.mx/recurso/82839-diccionario-de-la-historia-de-la-educacion-en-mexico.>

 

[2] Disponible en <http://dehanz.net.au.>